Del Puño y Letra de Esther Fernández
A Esther Fernández, junto con Lupe Vélez y Andrea Palma, se le considera una de las primeras divas que tuvo el cine mexicano. Poseía uno de los rostros más bellos del medio artístico y esto no pasaba desapercibido para actores, directores y productores de películas. En Hollywood, Francis Alstock, un importante agente del cine norteamericano, se enamoró perdidamente de ella y le rogó infructuosamente que se casara con él, a lo que la actriz mexicana nunca accedió.
En México, durante la filmación de la película “Mi candidato”, Pedro Armendáriz le propuso matrimonio. Ella le contestó que sí, pero cuando el famoso actor tenía todo listo para la ceremonia (juez y testigos, entre ellos el cinefotógrafo Gabriel Figueroa), la actriz dio marcha atrás, salió huyendo y se limitó a decirle que todo era una broma.
Más adelante ella confesó que no aceptó casarse porque le tenía miedo a Armendáriz, ya que era un hombre de recio carácter, y le propuso que mejor fueran amigos. En cambio aceptó contraer matrimonio con el actor y cantante de moda de esa época, Antonio Badú, con quien trabajó en las películas “La mujer que quiere a dos”, “Cantaclaro”, “Ramona”, “Ahí vienen los Mendoza”, “Las mañanitas” y “Sólo Veracruz es bello”. Su unión, sin embargo, duró poco tiempo, pues ambos siempre estaban ocupados trabajando en proyectos diferentes por lo que pronto se separaron, pero fue hasta año y medio después cuando se divorciaron. Ambos hicieron un pacto, no volverse a casar.
Esther Fernández inició su carrera en el cine a la edad de 16 años con pequeñas participaciones en las películas “Corazones de derrota”, “Más allá de la muerte” y “La mujer del puerto”, pero el director Chano Urueta le dio su primer estelar en “Allá en el rancho grande” al lado de Tito Guízar, lo que la convirtió en la primera gran estrella de la época de oro del cine mexicano, pues con esta cinta se iniciaba esa etapa de esplendor de la cinematografía nacional, además fue el filme que representó a México por primera vez internacionalmente.
A partir de entonces desarrolló una importante y brillante carrera como actriz que la llevó a trabajar en la Meca del Cine Mundial, Hollywood, en la cinta “Two Years Before de Mats”, contratada por la Metro Goldwyn Mayer. También compitió con Ingrid Bergman para caracterizar uno de los personajes principales de la célebre película “Por quién doblan las campanas”.
En México se recuerdan sus actuaciones en la tercera versión de “Santa”, al lado de Ricardo Montalbán, y ni qué decir de “Doña Perfecta”, donde compartió créditos con Dolores del Río; fue uno de los filmes en donde más lució su belleza por el personaje que le tocó caracterizar. Otras películas en las que participó fueron: “El baúl macabro”, “Flor de durazno”, “Sublime sacrificio”, “La calle de los amores”, “Reportaje” y “Cada hijo una Cruz”.
Agobiada por una hepatitis, prácticamente se retiró del cine a los 37 años de edad y sólo regresó para realizar participaciones especiales en “Los años de Greta”, en 1992, y en “Reclusorio”, en 1995. Sus últimos dos meses de vida los pasó en la Casa del Actor de la Asociación Nacional de Actores. Esta actriz, de bella sonrisa, fue también gran amiga de los socios de PECIME, agrupación a la que dedicó el texto que ahora les mostramos, escrito de su puño y letra: