Inspirada en figuras de la mitología azteca, representa a la Diosa de la Creación, la Fecundidad, las Artes, la Sabiduría y la Perseverancia, de ahí los elementos que la componen: una espiga, una serpiente, un penacho y una tortuga sobre la que se asienta la estatuilla.
Fue una hermosa actriz de cine asediada por galanes pero…
*Sonia Furió fue figura del cine, el teatro y la televisión en México
*Vino de España, su tierra natal a México, huyendo de la guerra civil
Sonia Furió era de las actrices más bellas del medio artístico. Poseía las piernas más hermosas del cine mexicano y traía de cabeza a los galanes de la época y a varios de los productores de películas más importantes; era una actriz muy asediada pero no fácil de conquistar por una sencilla razón: su tendencia bisexual.
A pesar de que la pretendieron, no se le llegaron a conocer relaciones sentimentales con Julio Alemán, Carlos Navarro, Enrique Aguilar, Tin Tan y Luis Aguilar, algunos de los actores con los que alternó en películas y que, en su momento, trataron, sin conseguirlo, relacionarse con ella sentimentalmente.
Y es que María Sonia Furió Flores, nombre completo de la artista, era una hermosa jovencita de 17 años cuando el cineasta Alejandro Galindo la hizo debutar en el cine mexicano en la película “Y mañana serán mujeres” (1955).
A partir de ese momento se colocó en la mira de los directores y productores porque, además de belleza física y escultural figura, poseía talento por lo que no tardó en debutar en “El médico de las locas” (1956), al lado de Germán Valdés Tin Tan y casi de inmediato en “La faraona” (1957), en la que trabajó con Lola Flores.
Su primer papel protagónico fue en la película “El campeón ciclista” (1957), nuevamente al lado de Tin Tan. La cinta tuvo el atractivo extra del duelo de belleza y de hermosas piernas que sostuvieron Sonia con su colega actriz Kity de Hoyos, quien también era poseedora de unas bien torneadas extremidades.
Con Tin Tan volvió a actuar en “Refifí entre las mujeres” (1958), “El cofre del pirata” (1958) y “Vagabundo y Millonario” (1959), mientras que con la pareja de Viruta y Capulina obtuvo dos sonados éxitos cinematográficos con “La sombra del otro” (1957) y “Se los chupó la bruja” (1958).
Pero no sólo en la comedia destacó Sonia sino que en su exitosa carrera tres títulos sobresalen de su amplia filmografía: “Los desarraigados” (1960), “El “Remolino” (1961) y “El pozo” (1965), dramas en los que mostró carácter y versatilidad para interpretar personajes que impactaron al público.
En la televisión, también fue intensa su actividad principalmente en las telenovelas en las que tuvo destacadas participaciones en: “Fallaste corazón” (1968), “Mi primer amor” (1973), “El chofer” (1974), “Nosotras las mujeres” (1981), “Vivir enamorada” (1982), “Aprendiendo a vivir” (1984), “Angeles blancos” (1990) y “Vida robada” (1991).
Pero fue en la televisión en donde Sonia pasó uno de los momentos más desagradables de su vida pues ya en el ocaso de su carrera casi no la llamaban para trabajar, pero al enterarse de que esto estaba relacionado con su orientación sexual, la artista se enojó al grado de tomar la decisión de abandonar la televisora en la que había trabajado varios años.
Su molestia fue mayor cuando supo que varios de sus compañeros, también con preferencias sexuales distintas, habían sido prácticamente obligados a salir de la televisora a petición de la esposa del presidente de la República en turno.
Más allá de su orientación sexual, Sonia Furió fue extraordinaria actriz de cine, teatro y televisión, que llegó a México procedente de España, su país natal, huyendo con su familia de la guerra civil. Hoy la recordamos con estás líneas que dedicó a PECIME: