Del Puño y letra de José Mojica
José Mojica, actor, tenor y sacerdote, fue un caso único en el mundo, un artista que en plena cima de la fama y del éxito decide renunciar a su carrera, e incluso a sus bienes materiales, para abrazar el sacerdocio. Esa es la historia de Crescenciano Abel Exaltación de la Cruz José Francisco de Jesús Mojica Montenegro y Chavarín, nombre completo de este singular personaje, en torno al cual se tejieron historia fabulosas. Por ejemplo la de María Joaquina de la Portilla, María Grever, quien después de luchar afanosamente porque una compañía editora, una disquera o algún cantante apoyara sus canciones, encontró en José Mojica al artista que le abrió las puertas del éxito al interpretar, magistralmente, su memorable tema de “Júrame”. A partir de ese momento, la compositora mexicana fue conocida mundialmente, lo mismo que sus creaciones musicales.
A José Mojica también se debe la letra de la célebre canción de “Nocturnal”, cuya música fue compuesta por José Sabré Marroquín. Otra historia interesante es la de que el músico poeta, Agustín Lara, compuso especialmente para él “Solamente una vez”, al saber que éste se convertiría en fraile franciscano.
José Mojica nació en San Gabriel, Jalisco y su afición por el canto lo llevó a estudiar en el Conservatorio Nacional de Música, bajo la tutela del prestigiado maestro José Pierson, considerado en su época como la máxima autoridad del bel-canto y descubridor de Pedro Vargas, Juan Arvizu, Hugo Avendaño, Jorge Negrete y del doctor Alfonso Ortiz Tirado, entre otros famosos cantantes.
Su debut como tenor ocurrió en el teatro Colonial, pero fue en 1916 cuando se consagró con su participación en la obra “El barbero de Sevilla”, en el teatro Abreu. Poco tiempo después emigró a Nueva York en busca de mejores horizontes, en tiempos de la primera guerra mundial. En la gran urbe se desempeñó como lavaplatos en un restaurante de lujo, hasta que logró integrarse a una compañía de teatro desempeñando papeles secundarios.
En la Unión Americana conoció al famoso compositor cubano Ernesto Lecuona, quien lo llevó a Hollywood para cantar en la película “La cruz y la espada”. Enrico Caruso, el más famoso cantante de ópera del siglo XX lo escuchó cantar y viendo su talento lo encauzó a la compañía de ópera de Chicago, además de recomendarle estudiar el idioma inglés, francés e italiano, lo que José Mojica siguió al pie de la letra y fue determinante para convertirse en una de las máximas figuras del canto y la actuación.
Su debut en la meca del cine mundial fue con la película “One Mad Kiss”, alternando con Antonio Moreno. En Hollywood participó en “El Rey de los gitanos”, “Melodía prohibida”, “Cuando el amor ríe”, “Hay que casar al príncipe”, “Mi último amor”, “El precio de un beso” y “La ley del harem”, entre otras. En México, trabajó en “El capitán aventurero”, “La canción del milagro”, “El pórtico de la gloria”, “Seguiré tus pasos”, “Yo pecador” (cinta biográfica que él mismo escribió) y “El pecado de una madre”.
En plena cima del éxito, José Mojica decidió abandonar la carrera artística orillado por la depresión que le causó la muerte de su madre, en 1940. En 1942 ingresó al seminario franciscano de Cuzco, Perú, y adoptó el nombre de Fray José de Guadalupe. En 1947 se ordenó como sacerdote en el templo máximo de San Francisco de Jesús, en Lima, Perú. Falleció en 1974. Este actor, tenor y sacerdote, en su paso por México, escribió para PECIME el breve texto que continuación compartimos: