La comunidad cinematográfica mexicana se solidarizó con su similar de Argentina después de conocerse que la administración del presidente Javier Milei, anunció la cancelación del apoyo gubernamental a los proyectos culturales, donde se incluye a la industria fílmica del país sudamericano, como parte de la aplicación de la “motosierra” a todo lo que el ultraderechista considera un gasto no justificado.
Diversas entidades dedicadas a la industria fílmica mexicana difundieron un comunicado para rechazar las medidas aplicadas en la tierra andina para dejar de darle apoyo económico a los productores y directores de cine, quienes, en los años recientes han trascendido sus fronteras con películas como “1895” “El clan” y ahora “Puan”, entre otras, las cuales han sido nominadas en los principales festivales y eventos de cine más importantes del mundo, entre ellos los Oscares.
Como ocurre en todos los países que pasan problemas económicos por malas administraciones, la cultura es el área donde se hace el primer recorte y en Argentina no fue la excepción, por lo que. a poco más de un mes de haber llegado el presidente libertario, ya comenzó a marcar el destino de las actividades culturales que dependían de la subvención del ejecutivo.
También la comunidad cinematográfica mexicana hizo un llamado a apoyar al director Adolfo Aristarain, uno de los más importantes cineastas y guionistas argentinos, a quien están coartando sus derechos a la libertad de expresión y hay hasta amenazas de aplicarle todo el peso de la ley para acallarlo por haber incitado a la gente a “ganar” las calles hasta hacer caer al gobierno de Javier Milei.
En los últimos años la cinematografía argentina aprovechó el enorme apoyo del Estado para mostrar la calidad de sus directores, actores y excelentes guionistas. los resultados no se hicieron esperar al destacar a nivel internacional con las películas realizadas.
Pero ahora con Javier Milei, al mandatario le importa más seguir las instrucciones del Fondo Monetario Internacional para adelgazar al Estado y dejar todo en manos de la iniciativa privada de la nación sudamericana, afectando así a la industria del cine que también genera empleos e ingresa dólares que tanto necesitan en estos momentos en el país sudamericano.
Pero en México nos olvidamos de que a principios de 2019 tuvimos nuestra “motosierra”, con la llegada de Alejandra Fraustro a la Secretaría de Cultura y María Novaro en el Imcine. La inexperiencia de ambas llevó a un radical recorte a las producciones mexicanas y si hacemos un balance, nuestro cine dejó de brillar a nivel internacional debido a lo anterior.
Ojalá que, en la próxima administración, no llegue gente improvisada y sin conocimiento real de cómo apoyar a toda la industria cinematográfica mexicana para impulsarla y no llevarla al estancamiento, como ha ocurrido en estos cinco años, donde la comunidad fílmica mexicana padeció de autoridades insensibles quienes aplicaron “la motosierra mexicana” en perjuicio del cine hecho en México.