Iván Löwenberg es un cineasta mexicano que a sus 38 años de edad ha demostrado su intención de lograr un sitio dentro del difícil medio cinematográfico. Su filme “No quiero ser polvo” llega las salas de cine de nuestro país para ponerla a consideración del público.
La cinta que fue terminada en 2022 es protagonizada por Bego Sainz, Anahuí Allué, Agustina Quinci, J.C, Montes Roldán, y José Manuel Poncelis, quienes nos llevan a un territorio donde el ser humano comienza a prepararse para la muerte, ante el inevitable fin del mundo que se acerca. Es aquí cuando comienza a pasar por la mente de cualquier ser humano los logros alcanzados y lo que no se llegó a realizar.
La trama gira alrededor de ‘Bego’, una ama de casa que vive aburrida y temerosa de ser intrascendente. Su hijo sumido en su carrera ya no la necesita, su esposo evita el tiempo en su casa y ella sospecha que la engaña desde hace tiempo. En plena crisis, se une a un culto religioso donde encuentra el refugio y la contención que necesita, pero donde la convencen de que el fin del mundo se acerca.
Para Löwenberg la película tiene sus raíces en una historia personal, cuando su propia familia se vio inmersa en la paranoia y la psicosis de un posible “eclipse galáctico”, por lo que tomó de inspiración aquella experiencia de su infancia y la adaptó al contexto de una mujer de la edad y estrato socio cultural actual de su mamá.
La cinta que ya está en cines le permite al público hacerse las siguientes preguntas después de verla: ¿Qué pasa con las mujeres que, educadas para renunciar a sus anhelos en pro del esposo e hijos, de pronto se encuentran con “el nido vacío”?, ¿Qué puede haber detrás de una persona para que un posible cataclismo se vuelva su principal motivación?, ¿Es justo ese final de vida para una mujer que vivió para su hogar y familia?. Sin lugar a dudas una película que nos invita a la reflexión.