Del Puño y Letra de Sofía Alvarez
No fue mexicana de nacimiento, pero Sofía Alvarez al igual que otras artistas venidas de otros países, encontró en México las condiciones que le permitieron desarrollar una sólida carrera artística. Ella, nacida en Bogotá Colombia, supo penetrar en la idiosincrasia de los mexicanos para ganarse un sitio en el medio artístico nacional, además de que tuvo la suerte de que sus actuaciones se dieron en películas que se inscriben en la llamada época de oro de cine mexicano.
Muy joven llegó a nuestro país, más con fama de cantante que de actriz. Sus primeras apariciones en la pantalla grande se dieron con pequeñas participaciones en cintas de gran impacto. En “Santa”, la primera película sonora del cine mexicano, hizo apenas el papel de una prostituta, pero su capacidad histriónica la hizo escalar rápidamente peldaños, hasta llegar a alternar con las grandes figuras de la época. Con Mario Moreno “Cantinflas” y Joaquín Pardavé, trabajó en la divertida comedia “Ahí está el detalle” y con Pedro Infante compartió créditos en “Soy charro de Rancho Grande”. También participó en cintas que la fueron colocando en el gusto del público como “El sombrero de 3 picos”, “Flor de fango”, “La niña de mis ojos”, “Angeles del arrabal”, La reina de la opereta” y “El Diario de una mujer”.
En 1950 sorpresivamente se retiró del cine para dar impulso a su faceta de cantante. Regresó a los sets cinematográficos en 1957, cuando su mejor momento en la cinematografía nacional ya había pasado. Sofía Alvarez se caracterizó por su sencillez y amabilidad y a los socios de PECIME siempre los consideró sus “cuates”, como se aprecia en el texto que de su Puño y Letra ahora les compartimos.