Tras su largo recorrido por festivales como el Visions du Réel (Suiza), Hot Docs (Canadá), y el Moscow International Documentary Film Festival en Rusia, el fin de semana y bajo el sello de Piano Distribución, llegó a la cartelera de México “Temporada de campo”, documental de la directora Isabel Vaca.
Ganador del premio del público en el 19º. Festival de Cine de Morelia, “Temporada de Campo” es un trabajo que pretende reflejar la etapa “donde dejamos de ser niños para convertirnos en adultos, con todos los sueños, miedos, emociones, riesgos e inseguridades que se presentan en el camino, una etapa que nos obliga a crecer tarde o temprano, incluso si no estamos preparados…
“Este proyecto es muy personal para mí y refleja mucho de lo que soy el día de hoy. Quiero que la audiencia se conecte con sus sueños de la infancia, pues creo que mirar a estos personajes para encontrar esperanza y propósito en la vida es necesario e inspirador”, comenta Isabel Vaca.
Producido por Arturo Mendicuti, el documental rodado en Aguascalientes, cuenta la historia de ‘Bryan’, un niño de 12 años que sueña con ser vaquero. Al migrar su padre a Estados Unidos, él se queda trabajando en el campo con toros de lidia junto a sus tíos y a su abuelo.
En entrevista Isabel Vaca explicó que la historia de “Temporada de campo” en la que participan los niños Bryan Campos, Javier Cortez, Francisco Cortez, Beatriz Cortez y Aarón Cortez, se desarrolla en un rancho de toros de lidia, donde la familia de Bryan ha trabajado durante más de dos décadas:
“Es una película muy ligera pero que a la vez toca temas fuertes y profundos con un lenguaje universal sobre la niñez, pero también abordando perspectivas sobre los rezagos y carencias que los vaqueros enfrentan constantemente ante una sociedad desigual en desarrollo, economía y educación”, expresó.
Deseosa de que su documental sea bien recibido por el público, Isabel Vaca considera que visibilizar estos temas en el cine es muy importante, para ayudarnos a reflexionar sobre los problemas que se derivan de la migración y lo que sucede con los que se quedan, pero también sobre la tradición campirana y el oficio del vaquero.
Los toros de lidia -dijo- son en todo caso, un pretexto suyo para introducirnos en la historia que realmente quiso contar, es decir, la de un pequeño que vive en un entorno donde los niños juegan a ser polleros y migrantes y que a su corta edad tiene la firme convicción de continuar con la tradición campirana de su familia, influido por el profundo amor, respeto y admiración que le tiene al oficio de vaquero.
“Mi familia tiene un rancho de toros de lidia y la familia de Bryan ha trabajado ahí, por lo que desde chica pude ver o tener esa cercanía con ellos y con esa cultura. En la historia ese niño se apega mucho a ‘Pancho’, un becerrito rechazado por la madre al nacer y que fue adoptado por sus abuelos. Bryan se encarga de darle de comer, de hacerlo jugar y apapacharlo, lo que no ocurre así con los toros que están criándose. ‘Bryan’ carga una resortera, un lazo o incluso un rifle de municiones para ellos, pero no tanto porque les tema, sino porque siente un impulso por agredirlos, algo que finalmente no hace….
“A Pancho, lo trata de algún modo, con el afecto paternal que a él le hubiera gustado tener, pero a los toros los percibe como los papás ausentes que no estuvieron ni están para ‘Pancho’ ni para otros niños”.
El haber crecido en el campo inmersa en la cultura taurina me hizo apreciar y respetar la profesión del vaquero, observando su mundo desde un punto de vista más humano. Cuando conocí a Bryan, me di cuenta de que sentía la misma pasión por el campo que yo cuando era niña. Inmediatamente me identifiqué con él y eso fue lo que me impulsó a compartir su historia en un proceso que tomó 6 años”, explicó Isabel Vaca.
Arturo Mendicuti, el productor de la cinta, compartió que “Temporada de Campo” es un documental necesario para nuestra sociedad. “El cine tiene como objetivo hacernos sentir más humanos al presentarnos y contagiarnos emociones de las que podemos llegar a empatizar…
“Esta historia cumple con esta meta, nos hace sentir vivos. También nos expone temas de suma importancia en nuestra comunidad como migración, madurez, educación y familia. Cada vez es más importante hablar abiertamente sobre estos temas, para que seamos más conscientes de nuestra realidad”, afirmó.