«Fantasmas y la última pesadilla», ópera prima del joven director tapatío Ian Martin será presentada en la 75ª. edición del Festival de Cannes, como parte del ‘Blood Window’, la plataforma latinoamericana de cine de terror y fantasía, dentro del programa ‘Work in Progress’. Desarrollada en un 90 por ciento, la cinta será exhibida el lunes 23 de mayo a las 12:00 horas (tiempo local) en la sala 4 del Cinéma Olympia, en París, donde realizadores como Guillermo del Toro y Steven Spielberg han presentado anteriormente sus obras.
Llegar a Cannes, uno de los festivales cinematográficos más importantes del mundo, que en su nueva edición se celebra del 17 al 28 de mayo con la presencia de celebridades internacionales del séptimo arte, es motivo de orgullo para Ian Martin, pero también de sorpresa: «No teníamos planeado llegar a Cannes, pero se dio y es un honor estar ahí presentando nuestro trabajo, que será exhibido junta con otras seis películas latinoamericanas impulsadas por cineastas del género de terror…
«No imaginaba que a mis 25 años iba a llevar una película a Cannes y se siente chido que un Festival tan importante tome en cuente a gente joven y óperas primas como la mía para ser evaluadas por gente conocedora», asegura el realizador de «Fantasmas y la última pesadilla», película que cuenta con las actuaciones de Susana Zabaleta, Ricardo Fastlicht, Giuseppe Gamba, Marilyn Ricaño, Facundo, María Barracuda, Ceci de la Cueva, Frank Rodríguez y las debutantes Bella Castillón y Ximena López, entre otros talentos.
El filme aborda una historia ambientada en 1970 sobre fenómenos paranormales, con flashbacks que remiten a los años 50 y su financiamiento se logró de manera independiente con recursos del mismo equipo de trabajo, y el respaldo de Guanamor y la casa productora CM Films, especializada en tecnología para desarrollo de efectos especiales y entornos virtuales.
Escribir el guión de «Fantasmas y la última pesadilla», en coautoría con Eduardo Espíndola, requirió de un trabajo de investigación muy profundo en cuanto a conocer las épocas y buscar mezclarlas con el cine de terror para que la cinta cobrara vida por sí misma, explicó Ian Martin Castillón, considerado en la actualidad como el director de cine más joven tanto en México como en Estados Unidos.
«Ese fue uno de mis retos y el otro, haberme visto obligado a hacer cambios al momento de iniciar la posproducción en que tomamos la decisión de ya no utilizar el stop motion, como lo habíamos planeado originalmente, porque no era lo más conveniente y me dolió mucho, dado que ya teníamos muchas de las animaciones avanzadas, pero tuve que decirles adiós. Como director te toca resolver lo mejor para la historia y así lo hicimos», nos confió.
En una entrevista previa con Pecime, el también realizador del cortometraje «Birds in the City», con el que obtuvo galardones en diversos festivales, como el Internacional de Baja California, Alaska Film Awards y la edición del FICG en Los Ángeles, en 2019, refirió que su objetivo con «Fantasmas» es llevar al cine mexicano a un nivel más avanzado de producción con el replanteamiento de historias de terror provistas de toques inteligentes de comedia.
El uso de herramientas tecnológicas y la creación de sets físicos construidos en el Teatro Estudio Cavaret de la ciudad de Guadalajara, que se mezclan con sets virtuales a través de una novedosa técnica de edición, son los elementos con que trabajó Ian Martin en conjunto con un equipo calificado de creativos para hacer posible su primera película que se encuentra en etapa de posproducción con un avance del 90%.
La ambientación de «Fantasmas y la última pesadilla» fue lograda con cápsulas y escenarios de estudio equipados con pantallas LED, modelado 3D e iluminación digital, proceso conocido como «Virtual Production» y que ha sido impulsado por productoras internacionales como Disney, quien desarrolló la serie «The Mandalorian», con este formato tecnológico.
«Es una película muy diferente dentro de lo que conocemos del cine mexicano, porque conjunta una gama muy amplia de lo que es el terror en general, desde lo sobrenatural, hasta la locura, la demencia, el gore, el suspenso y el thriller para recrear fenómenos paranormales. Nos dimos a la tarea de encontrar maneras distintas de hacer cine narrativamente hablando y con personajes muy complejos que hacen a un lado los estereotipos. En eso también notarán una diferencia», nos explicó.
«Los personajes están divididos en dos diferentes épocas (1970 y 1956), y se ven entrelazados dentro de la narrativa por un fantasma llamado ‘Elizabeth’ (Zabaleta). De ahí se desenvuelve todo un misterio que va jugando mucho con la transformación de cada uno de ellos».
En cuanto a la selección del reparto, el cineasta dijo que optó por elegir a personas que fueran lo más auténticas para interpretar a los personajes, sin importar sus antecedentes, si eran cineastas, conductores o músicos, «y en lo personal quedé muy satisfecho con su desempeño y los aportes que hicieron».
Ian Martin, quien para su trabajo reunió a un equipo de creativos calificados, entre ellos la diseñadora de producción Karla Castañeda, el fotógrafo Daniel Blanco, Eduardo Bautista (director de arte) y Franz A. Novotny (supervisor de efectos visuales), afirmó que la película fue filmada en tiempo récord en cuatro diferentes sets, dos de ellos muy grandes que fueron planeados desde cero. «Fueron dos meses de pre-producción que se dedicaron a la construcción de los espacios originales, eso sumado al score y los detalles finales, le imprime un sello distintivo», detalló el director.
Sobre la fecha tentativa de estreno de su ópera prima, en cuya producción participó un equipo conformado por Julieta de la Cerda Cobos (productora), Mauricio Escobar (productor asociado), Wendy Merino (supervisora de producción) y Adriana Ruiz, Ian Martin dijo finalmente que todo dependerá del resultado de la exhibición en Cannes y las pláticas que ahí se generen para concretar posteriormente su distribución en salas o en alguna plataforma.