Figuras del cine, el teatro, la televisión, el cabaret y de los espectáculos que, con su labor dieron prestigio al medio artístico mexicano, hoy, en el ocaso de su vida, están en riesgo de ya no contar con los servicios de asistencia médica, alimentación y cuidados especiales que les brinda la Casa del Actor, el hogar que el mimo mexicano, Mario Moreno ‘Cantinflas’, fundó en 1944 para que sus compañeros artistas, en edad avanzada, tuvieran un espacio en donde vivir dignamente su vejez.
Por un diferendo con el secretario general de la ANDA, Jesús Ochoa, que se niega a aportar recursos económicos de la agrupación a la Casa del Actor, como ha sucedido desde que ésta se creó, el sitio está en inminente riesgo de cerrar y dejar desamparados a más de 38 artistas que actualmente residen en el inmueble.
La administración de la Casa del Actor, que cuenta con 78 habitaciones y ha alojado a figuras de la actuación como Andrea Palma, Esther Fernández, Carmelita González, Rebeca Iturbide, Tun Tun, Joaquín Cordero, Rogelio Guerra y Aarón Hernán, entre otros, y en las que actualmente viven las actrices de la época de oro del cine mexicano Alma Rosa Aguirre, Rosa de Castilla y Olivia Michel, pasa por un momento crítico, pues los recursos económicos de que dispone son insuficientes para seguir brindado servicio médico, alimentación y cuidados especiales a los 38 artistas residentes.
En la casa también se encuentra el actor Humberto Dupeyrón, la bailarina Susy Velasco (hermana de La india María), lo mismo que Laila Buentello, viuda del vetrílocuo Carlos Monroy, creador de los simpáticos muñequitos Neto y Titino; Linda Forton, hermana de Maty Huitrón y tía de la productora de telenovelas de Televisa Carla Estrada, está alojada en ese lugar lo mismo que Pepe Morris, conocido personaje de la pantalla chica de los años 60.
En total son 38 artistas que en diferentes ámbitos del espectáculo contribuyeron a dar prestigio al medio artístico nacional y que ahora, en edad avanzada y varios de ellos enfermos, enfrentan el riesgo de quedarse sin casa lo que ha ocasionado que en días pasados el abogado de la Casa del Actor, Javier Coello Trejo, haya dado a conocer la demanda que se presentó en contra del líder de la ANDA, Jesús Ochoa, por los delitos de tortura, lesiones, omisión de auxilio y cuidado, administración fraudulenta y desobediencia a la autoridad.
Mientras la situación de la Casa del Actor y el dirigente de la ANDA se resuelve en los tribunales, el diferendo rompe con el anhelo con el que el gran mimo mexicano, Mario Moreno “Cantinflas” creó ese espacio cuando en la década de los años 40, al salir del teatro Colón una ancianita le pidió limosna.
Don Mario, al reconocer que la viejecita que le solicitaba una moneda era la cantante española Elvira Tubet, quien años antes había destacado como intérprete de zarzuelas, conmovido le pagó una habitación de hotel y concibió la idea de crear un espacio de reposo y protección para sus compañeros artistas.
Fue así como el gran mimo, quien siempre se caracterizó por su humanismo, al inaugurar la Casa del Actor el 20 de febrero de 1944, expresó: «En esta casa mis compañeros artistas ya no morirán de soledad, pobres, enfermos y olvidados, porque ya tendrán un hogar y una familia que somos todos nosotros».
Su pronunciamiento fue avalado por sus compañeros, Don Fernando Soler, Virginia Fábregas, Jorge Mondragón, María Teresa Montoya y Jorge Negrete, quienes formaron parte del primer patronato de la Casa del Actor, misma que tuvo benefactores ilustres como la escritora Caridad Bravo Adams, quien dedicó su vida a la creación de historias dramáticas para radionovelas, películas y telenovelas.
La también periodista, actriz, narradora y poeta tabasqueña fallecida en 1990 en la ciudad de México, dejó 50% de la herencia de sus libros y novelas a la Casa del Actor (donde también fue huésped) y el otro 50% a SOGEM (Sociedad General de Escritores de México).
Hoy, a casi 78 años de existencia, la Casa del Actor está en riesgo de cerrar y de terminar con ese gran objetivo con el que ‘Cantinflas’ la creó, para ayudar a sus compañeros artistas y, de consumarse, el líder de la ANDA, Jesús Ochoa, pasará a la historia por acabar con un sueño que con amor y humanismo concibieron un grupo de destacados actores y actrices.