Con el inicio del rodaje de la película “Autos, mota y rocanrol”, el director de cine José Manuel Cravioto concluye con su trilogía “mexican” iniciada hace diez años y dedicada a la cultura urbana que tanto le apasiona. La cinta que recrea el festival musical de “Avándaro” realizado en 1971 lleva en los papeles estelares a Alejandro Speitzer y a Emiliano Zurita, entre otros.
“La primera fue “Mexican gangster, la leyenda del charro misterioso”, la segunda “Corazonada, la leyenda del mexican dream” y la tercera es “Autos, mota y rocanrol, la leyenda del mexican Woodstock”, con la cual termina la trilogía no planeada que simplemente se dio conforme fueron pasando cosas en mi vida y me interesaba contar estas historias”, señaló el cineasta.
La tranquilidad de los estudios Churubusco se rompió con la presencia de decenas de jóvenes vestidos a la usanza de los años 70, con largas y abundantes cabelleras, enormes patillas, lentes oscuros y pantalones acampanados, Una infinidad de ropa de esa década estaba colocada en los patios del icónico lugar hasta donde llegaban los “extras” para elegir la vestimenta que más les atraía y usarla al momento de la filmación de las escenas.
En el foro tres se ambientó un enorme escenario donde las “bandas” tocarían. Ahí estaban colocados los instrumentos listos para ser usados por los músicos e hicieran alarde de su calidad y a la vez “prender” a la concurrencia que se dejó caer por miles a Valle de Bravo, donde se llevó el emblemático encuentro que evidenció el enorme interés de la juventud mexicana por el rock and roll.
“Nadie pensó que ese sería el principio y fin del rock and roll en México, porque después del encuentro en Avándaro, las autoridades decidieron prohibirlo por el temor de que fuera a ser un mal ejemplo para la juventud, pues los excesos por parte de algunos jóvenes inquietaron a las autoridades quienes lo lanzaron a los llamados hoyos fonki, donde pocos eran los que podían tener acceso a este género musical”, comentó Cravioto”.
Desde la óptica del realizador, “Avándaro” significó el último lugar donde confluyeron todos los “méxicos” que habitan nuestro país y donde miles de jóvenes de todas las clases sociales se hermanaron alrededor de la música, la mariguana y la lluvia. Fue la primera y última vez y nunca más se volvió a ver algo similar; de ahí la importancia que tiene para él mostrarlo en esta película filmada como “falso documental”.
Para Alejandro Speitzer y Emiliano Zurita representar a quienes en la vida real fueron los organizadores del evento que en principio sería una carrera de autos amenizada con música, fue bastante intenso porque tuvieron que adentrarse a fondo para conocer el suceso que reunió a 300 mil jóvenes.
“A diferencia de Alejandro, yo sí tuve la posibilidad de platicar con Justino, uno de los organizadores, quien me contó sus experiencias y lo difícil que fue para él enfrentar esta situación que marcó un antes y un después en la historia del rock and roll mexicano”, comentó Emiliano Zurita.
Speitzer tiene el personaje del “Negro”, López Negrete quien era aficionado al automovilismo deportivo y junto con Justino (Compeán). fueron los realizadores del encuentro musical.
“Conocí a gente cercana al negro con quien tuve la oportunidad de platicar y enterarme de cómo fue en realidad, lo que me permitió personificarlo lo más cercano a su manera de ser”, finalizó Alejandro.