La inteligencia artificial es un tema serio que es abordado por los actores que actualmente se encuentran en paro en Estados Unidos, ya que la tecnología actual ha logrado que la animación llegue a tal grado de perfección que hasta parecen actores naturales los que toman parte en las historias.
La SAG (Screen Actors Guild) que representa a miles de actores analiza a conciencia las consecuencias de los avances tecnológicos y la manera en que puede afectar a sus agremiados en un futuro. Un ejemplo fue la reciente película de Harrison Ford, donde con la inteligencia artificial se logró quitarle edad a su personaje y hacer escenas que solamente podía lograr en sus años de juventud.
Un ejemplo más es la secuela de Avatar producida por la empresa Disney, la cual es sorprendente en todos los aspectos y se hizo con tecnología de última generación y sorprende la naturalidad de movimientos, expresiones y gesticulaciones de las animaciones.
Pero ¿por qué hay temor entre los actores de que la Inteligencia Artificial pueda perjudicar sus carreras? pues porque pueden hacer con sus imágenes personajes idénticos a ellos y usarlas para próximas historias sin pagar ningún tipo de derechos por el uso de la misma.
También surge la pregunta si a estas caracterizaciones hechas por computadora, podrán aplicarles derechos de explotación, como ocurre actualmente con las repeticiones que hacen de programas o películas donde los actores hayan tomado parte.
Para los guionistas está peor el asunto, ya que con la inteligencia artificial podemos crear historias analizando todos los guiones realizados por un exitoso escritor el cual saldrá con todas las características para que sea una historia casi idéntica a la que él hubiera creado y no darle ni un quinto, porque finalmente no fue escrita por él, ahorrándose así los productores de filmes millones de dólares, pero sobre todo aquellos que producen series para plataformas digitales.
Es así como probablemente la huelga de actores y de guionistas va para largo pues los nuevos convenios o contratos que habrá a futuro con los productores y casas productoras, deberán tener certeza y transparencia de que la Inteligencia Artificial no desplazará en un futuro a los escritores e histriones y que ésta no deberá usarse afectando los derechos de creación. Sin lugar a dudas un tema bastante delicado.