El Palacio de Bellas Artes, magno recinto cultural de México, abrió sus puertas el pasado 4 de febrero para ofrecer una única función sonorizada en vivo de la película “Estoy todo lo iguana que se puede”, ópera prima del director Julián Robles.
El original espectáculo en el que participaron pobladores de la región chiapaneca del Soconusco, se vistió con música de la Orquesta Filarmónica de la Secretaría de Marina (bajo la conducción de Luis Manuel Sánchez), la Marimba de Javier Nandayapa y las percusiones del maestro Ricardo Gallardo, fundador de Tambuco Ensamble.
Con esta única función sonorizada en vivo se logró hacer una breve parada en la ciudad de México para proyectar la cinta en México, antes de continuar con su ruta internacional que le permitirá llegar a los festivales de cine más importantes del mundo, tras su exitoso estreno en la 30ª. edición del Raindance Film Festival.
Estelarizada por Dolores Heredia y la primera actriz Luisa Huertas, junto a Krystian Ferrer y Mayra Batalla, “Iguana Like The Sun” (su título en inglés), se inspira en una obra de Carlos Olmos publicada en 1990 titulada “El eclipse”, una emblemática historia del teatro mexicano que describe el paisaje, la música y los mitos que sobreviven al sur de Latinoamérica.
El título de la película, “Estoy todo lo iguana que se puede”, que alude a lo que sucede en la vida de uno de los personajes de la trama (el nieto), fue tomado de un verso del poeta Carlos Pellicer.
Matthías Ehrenberg (productor de la cinta) aborda en tono místico y a la vez poético, una historia sobre la pérdida, la soledad y la magnificencia de la naturaleza a través de un drama que explora las complicaciones dentro del seno familiar contemporáneo mexicano y enfatiza la angustiante vigencia del arraigo de las tradiciones morales en el hogar.
Filmada en su totalidad en las costas del estado de Chiapas, esta cinta muestra la magnificencia de la naturaleza y la visión cósmica que se ha creado alrededor de ella. Cada personaje es afectado de manera diferente ante el inminente choque del día y la noche, en donde la metáfora de la luz guardará una estrecha relación con la verdad y la soledad.