Tras su paso por festivales de México y el extranjero y su reciente proyección en el Complejo Cultural de Los Pinos y en la Cineteca Nacional, el documental “Cartas a distancia” de Juan Carlos Rulfo llegó el pasado 27 de octubre a salas de Cinemex para ofrecer una mirada al momento más crítico de la pandemia por el COVID-19 que en México dejó cerca de 300 mil fallecidos, la cuarta cifra más alta del mundo.
“Mi intención con este documental es promover desde la empatía una reflexión comunitaria sobre las relaciones humanas y la comunicación en tiempos de crisis”, afirma Rulfo, quien celebra la llegada a salas de “Cartas a distancia”, trabajo que fue filmado entre los meses de mayo y septiembre de 2020, durante el pico más alto de contagios provocado por el coronavirus Sars-Cov2
“Es también un recorrido por las vidas de familias mexicanas que se enfrentaron a la pandemia más dolorosa en contextos sociales, económicos y políticos adversos, movidos por la esperanza y el amor. Habla de la comunicación, del amor y de las ganas de abrazar y construir un nuevo momento”, refirió a Pecime el director, productor, fotógrafo y promotor de cine documental.
Juan Carlos Rulfo subrayó en entrevista que “Cartas a distancia”, el primer documental formal sobre el coronavirus, filmado con el apoyo de Península Films y la Media Luna Producciones, con financiamiento aportado en parte por la Fundación Ford, es una obra construida desde lo colectivo, “donde lo que predomina es el relato íntimo de las familias afectadas con las que tuvo contacto en su andar por la ciudad de México:
“Estaba preparando una película sobre la capital y sus particularidades cuando de pronto me encontré con un grupo de gente que afuera de un hospital leía cartas de los internos a través de un vidrio. Darme cuenta de este fenómeno me impulsó a mirar desde la empatía el tan trágico suceso…
“Ahí conocí al enfermero Jorge Calavera que es el protagonista de la historia. Fue después de escuchar su dramático relato sobre lo que ocurría dentro del hospital, y la forma en que de manera voluntaria decidió establecer una forma de comunicación entre los enfermos y sus familiares que me decidí a realizar este trabajo con el deseo de reflejar de una forma muy espontánea y natural, la situación de la crisis sanitaria”.
“Pusimos la cámara afuera, en las rejas de las puertas, donde permanecían las familias en espera de noticias de sus enfermos, nos solidarizamos con su angustia y la de los enfermeros como Jorge, y a la par de filmar les aportamos un mecanismo de comunicación que para nuestra satisfacción, ayudó a paliar esa angustia y la distancia entre las partes, las cartas que eventualmente se convirtieron en video mensajes o fotografías y en el pico de la pandemia dieron certezas y disminuyeron la desinformación…”.
Algunas de las imágenes del nuevo documental de Rulfo, que él califica como “una obra construida desde lo colectivo, donde lo que predomina es el relato íntimo de las familias afectadas”, fueron captadas por el personal de salud de la Clínica 27 del IMSS en la Ciudad de México.
Otra parte del material fílmico construido por el equipo de producción que permaneció afuera del hospital durante dos meses para hacer un profundo seguimiento de las historias, fue proporcionado por las propias familias en formatos de celular, con el apoyo de enfermeras y enfermeros, a quienes se les proporcionaron cámaras para que grabaran desde adentro de las áreas COVID.
“Fuimos testigos de que las familias pegaban sus cartas en las rejas de acceso y empezamos a grabar sus mensajes para enviárselos con imagen y voz a Jorge y que él a su vez se los hiciera llegar a los pacientes adentro del hospital, donde había un verdadero caos, porque con el incremento de enfermos, también crecían la incertidumbre, los problemas y la falta de coordinación… nadie sabía lo que estaba ocurriendo”.
“A Jorge Calavero le gusta la fotografía, es fotógrafo de lucha libre y empezó a moverse por los pasillos, cerca de la gente de una manera muy buena, eso fue conformando muchísimo la mezcla entre la imagen de lo que ocurría afuera y lo que ocurría adentro”, narró.
Ganador del Gran premio del jurado al Mejor Documental Internacional de Sundance, por “En el hoyo” (trabajo por el que Pecime lo distinguió con la Diosa de Plata en el año 2007) y el premio Humanitas -considerando como el premio Pulitzer del cine- por “Los que se quedan”, Juan Carlos Rulfo destacó que el audio de “Cartas a Distancia”, que en enero llegará a la plataforma Netflix, juega un papel fundamental en la historia.
«El espacio que nos rodeaba tiene algo que contar. En ese lugar en el que estuvimos había sonidos que retratan la delgada línea de la vida y la muerte, como la tos de personas, gente haciendo ejercicios de diafragma con globos, respiraciones y el sonido de las máquinas además de los silencios de las calles y la incertidumbre afuera” apuntó el también director de “Lorena, la de los pies ligeros” (2019).
Rulfo, en cuya filmografía destacan “Del olvido al no me acuerdo” (1999), “Los que se quedan” (2008) y “Cien años con Juan Rulfo” (2017), entre otros trabajos fílmicos que entremezclan realidad, ficción y aliento poético, encomendó la responsabilidad de la música a Phillip Glass y a Leonardo Heiblum (“Chicuarotes”) y el diseño sonoro a César Parra.
Juan Carlos Rulfo, quien ha sabido traducir a la narrativa cinematográfica las atmósferas rurales mexicanas que su padre (Juan Rulfo) consagró en su literatura y al mismo tiempo forjarse por sí mismo una carrera destacada en el cine, fue claro al manifestar que se cuidaron mucho los detalles de su nuevo documental de 81 minutos.
“No queríamos que no se viera amarillista ni escandaloso, por respeto a los personajes. La película no es trágica, hay humor a la mexicana, historias sencillas muy chuscas y todo está bañado en querer hacer algo con mucho cuidado”, enfatizó el realizador.
“Cartas a distancia” se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Morelia 2021. A su vez, se presentó en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara 2022 y en el Festival ¡Viva México! de Francia. Además, obtuvo el premio como “Mejor documental por la Organización Internacional del Trabajo” en el Festival de Cine de Lima.