Una esquela con la foto de “Chucho Chucho”, el chimpancé que tanto quiso Miguel Gurza, fue distribuida por sus hijas, Yvette y Jeaninne, en la misa que por el eterno descanso de su padre se ofició en una iglesia de Polanco. “Mi padre lo quería mucho y yo lo consideré mi hermano mayor porque me llevaba dos años más de edad”, comentó Yvette.
Con ello, las hijas del legendario Miguel Gurza, actor y amaestrador de animales para cine y televisión, ratificaron su deseo de que las cenizas de su papá reposen al lado de “Cucho Chucho”, el chimpancé que preparó especialmente para los espectáculos que por varios años ofreció “la rorra del violín”, Olga Breeskin, en su temporada de presentaciones en el salón “Velveder”, del desaparecido hotel “Continental” (se dañó en el sismo de 1985) y en sus apariciones en el programa “Siempre en domingo”, de Raúl Velasco.
“Lo quiso mucho y nosotras lo considerábamos nuestro hermano por el cariño que le tenía mi padre y la convivencia que tuvo con él; creo que mi papá también lo llegó a querer como a un hijo”, afirmó Yvette, quien junto con sus otras dos hermanas asistió a la misa que por el eterno descanso de su padre se ofició en la iglesia de Nuestra Señora del Buen Consejo, en Polanco.
Durante el acto religioso, las hijas de Miguel Gurza, quienes también trabajan en distintas áreas de la industria cinematográfica, nacional e internacional, entregaron a los asistentes a la misa la esquela en la que se lee por un lado: “Que la Paz del Señor sea tu estado de vida. Miguel Gurza 2022”, y en la otra cara aparece una fotografía del chimpancé “Chucho Chucho”, en recuerdo de lo que el animalito significó en la vida de su progenitor.
Las hermanas Gurza también ratificaron su deseo de no desprenderse del departamento que su padre habitó durante muchos años en la calle de Atletas, en la colonia Country Club, justo enfrente de los Estudios Churubusco. “Es un lugar que siempre nos traerá su recuerdo, ahí crecimos y ahí veíamos a mi papá cruzar la calle para ir a trabajar a los Churubusco”, comentó Jeanette.
Yvette dijo que su papá les enseñó a ella y a sus hermanas el amor por el cine y a no tenerle miedo a toda clase de animales que junto con su tío Humberto amaestraban para películas de acción y de aventuras que los productores les pedían, o para programas de televisión. “Desde chiquitas nos hicieron convivir con serpientes, tarántulas, cocodrilos, panteras y toda clase de especies.
“Recuerdo que para la película ‘Dos bribones tras la esmeralda perdida’, que en México filmó Michael Douglas, éramos unas jovencitas y nos ponían a cuidar a los cocodrilos que se utilizaron en la historia”, dijo Yvette quien aparte de trabajar en el área de producción se dedica a amaestrar animales aunque por el momento lo haga con especies pequeñas como perros, gatos y aves, para anuncios publicitarios.
“Todavía tengo algunas tarántulas y son de lo más mansitas que se pueden imaginar, mucha gente les tiene pavor pero todo consiste en entender a los animales para evitar que agredan”, dijo finalmente Yvette quien junto con sus hermanas consideran más adelante organizar un homenaje a su señor padre.