La actriz Queta Lavat abrió las puertas de su hogar a los representantes de PECIME, quienes acudieron a mostrarle el Libro de Oro de la agrupación y a solicitarle que, como figura de la época de oro del cine mexicano y de las telenovelas, se uniera a las más de 100 celebridades que han escrito en él. Con la cordialidad que caracteriza a esta gran figura de los escenarios, la artista accedió amablemente y tras hojear cada una de las páginas, dijo:
“Que hermoso libro, no me imaginé que tuviera tantas dedicatorias de gente tan importante, ¡qué barbaridad!, aquí están las firmas de muchos compañeros y amigas actrices con las que conviví y tuve el gusto de trabajar. Es una joya este libro”.
Emocionada, la actriz revisaba cada una de las páginas y para cada nombre que aparecía tenía frases de admiración y de añoranza. Por ejemplo, cuando vio la dedicatoria de María Elena Marqués y de su esposo, el actor, Miguel Torruco, recordó cómo se conocieron y enamoraron hasta llegar al altar. “Formaban una hermosa pareja, Miguel era un hombre muy guapo y mi prima (así le decía a María Elena sin que lo fuera) también era muy bonita.
“Miguel era piloto de Mexicana de Aviación y fue así como en un viaje María Elena lo conoció y desde que se vieron la primera vez se enamoraron y al poco tiempo se casaron y formaron una hermosa familia. Lamentablemente él falleció muy joven”.
Durante la charla, la actriz también recordó a su hermano, el actor Jorge Lavat, a quien dijo extrañar mucho. Con los ojos humedecidos por el llanto, dijo: “Era muy guapo y un gran actor. Una vez estando en la ANDA se le acercó un director de cine para pedirle que trabajara en su película. Mi hermano le dijo que no y entonces el cineasta le dejó la historia y le pidió que la leyera cuando tuviera tiempo.
“Apenas salió de la ANDA y la revisó, mi hermano se comunicó con el director para decirle que aceptaba y así fue como participó en esa maravillosa película de ‘El estudiante’, por la que PECIME lo premió como mejor actor”.
Doña Queta también reveló que dos de sus hijos de niños incursionaron en el cine, Enrique en la película “Sor ye ye” y el menor de sus vástagos, Pablo, en la cinta de terror “El libro de Piedra”. “Ya no siguieron en el medio porque su papá les exigió que antes que actores terminaran una carrera profesional, y así lo hicieron”.
Por cierto que en la sala de su casa, la señora Lavat tiene la cabeza en yeso de la escultura que se hizo de su hijo Pablo para el personaje de “Hugo” sobre el que se desarrolla la historia de “El libro de piedra”. “La iban a desechar pero yo pedí que me la dieran y el delegado de la ANDA la pintó de dorado. Algunas personas cuando vienen a la casa me dicen: ‘Como tienes esa cosa tan monstruosa’, porque en la película realmente el personaje asustó”.
Madre cariñosa, la actriz comenta con orgullo que el menor de sus hijos, Pablo, es el único comentarista que ha practicado todos los deportes que narra. “A los 8 años ya estaba en los ‘pumitas’ de futbol americano. De adulto también incursionó, con otros dos amigos, en el toreo y en el motociclismo, pero ante los riesgos que implican esas dos actividades las esposas de los tres les exigieron que los dejaran o de lo contrario se divorciarían de ellos.
Enriqueta Margarita Lavat Bayona, nombre completo de la actriz, incursionó en el cine alentada por su gran amiga de la juventud, María Elena Marqués, quien también jugó un papel muy importante en su vida privada pues fue ella quien le presentó a quien fue su esposo, el cinefotógrafo asistente de Alex Phillips, Armando Carrillo Ruiz, con quien procreó cuatro hijos: Armando, Teresa, Enrique y Pablo.
“Estábamos filmando en Acapulco la película ‘La perla’ cuando mi prima, María Elena Marqués, me dijo: ‘Te voy a presentar a un muchacho serio, soltero, honesto, trabajador y muy guapo. Así conocí a mi esposo Armando con quien duré 8 años de novia y 43 de casada”.
Después de dos horas de amena plática, la charla se tiene que interrumpir porque esta gran figura del cine mexicano tiene que hacer la comida, por lo que nos invita a su cocina en donde tiene todo listo para preparar los alimentos del día y aprovecha para mostrarnos su gran colección de tazas y cucharas que adornan y ocupan una gran parte de su casa.