Quienes realmente valoran el legado que dejó el guionista y cineasta Xavier Robles, siguen con los homenajes póstumos. En esta ocasión La Jornada de Zacatecas dedicó su suplemento a reconocer su trabajo. Amigos cercanos de Xavier y su pareja, Lupita Ortega, escribieron su experiencia de vida con el cineasta.
Eder Angeles Vite así recuerda en el suplemento “La gualdra” la obra de Xavier Robles: “Es producto de la vida material, en esta idea dialéctica de los pies en la tierra y el uso de las herramientas teóricas y prácticas del cine para explicar el andar de los pueblos y barrios en la cotidianidad, de las angustias y alegrías de las y los trabajadores, de sus luchas. Y logró, además, con su irreverencia y atrevimiento, que generaciones de este tiempo tengan un marco de referencia sobre el difuso pasado al cual algunos le quieren lavar la cara con mucha insistencia, dándole sentido y contenido histórico y simbólico a los hechos”.
Por su parte Jesús Calzada, guionista y dramaturgo, manifestó lo siguiente: “Cuando mis colegas me distinguieron dándome la Presidencia de nuestra Sociedad para el periodo 2016-2020, viene al caso mencionar que Xavier Robles siempre fue el más participativo, entusiasta, oportuno y propositivo de los consejeros a mi cuidado. Las actas de nuestras reuniones mensuales, dan fe de ello. Sus colegas cinematográficos pueden darse por bien servidos por la calidad y la calidez de su representante”.
La actriz, cuentacuentos y militante comunista María Salomé Mendoza, destacó el trabajo político de Xavier: “Quiero hablar ahora de su compromiso político, del ser humano movido por una convicción y búsqueda de justicia, que hizo del cine su trinchera y emprendió, con grandes logros, la enorme tarea de hacernos mirar de frente la desigualdad, la injusticia, la represión, la pobreza, la violencia y de manera relevante las luchas por combatirlos.
“No se puede callar a los creadores comprometidos” solía decir, y él es una muestra palpable de esta frase, nunca calló, ni callará. Xavier investigó, hurgó, planeó, escribió, transformó, plasmó y denunció lo denunciable sin miedo a demostrar sus convicciones”. Xavier se presentaba siempre así: “Soy comunista y moriré comunista”, lo cumplió, pero le faltó decir que será comunista siempre, porque su obra lo ha inmortalizado”.
Enrique Rentería, guionista y cineasta, comentó: “Le debo a Xavier descubrir la posibilidad de vivir o mal vivir como escritor de cine. Nunca olvidaré cuando a finales de los noventa me dijo: “Vas muy adelantado, a ti te filmarán del dos mil para adelante”. Y su voz fue de profeta. Le agradeceré siempre y al infinito, esa primera y generosa oportunidad que me convirtió en escritor de cine profesional. Siempre estaba pensando en buscarlo como el amigo que fue, mi tovarich. En una última reunión pudimos recuperar con gusto de ambos esa relación, me iba a dar su libro, le iba a pasar mi único largo como realizador e íbamos a ver el suyo… lo malo es que se ha ido demasiado pronto. Y eso añade otra X a mi corazón”.
Rubén Aviña narró como en un encuentro de cine en Guanajuato moderó la ponencia “Censura, autocensura y provocación”, donde tomó parte Xavier Robles: “Nadie supo si Xavier lo había planeado, o si aprovechó el momento, la experiencia y su afilado y belicoso colmillo. El asunto es que Xavier Robles la emprendió no solo contra el medio fílmico nacional y las instituciones (Imcine, Conaculta y más) sino contra cada uno de los miembros de la mesa, a excepción de mí, por fortuna.
“Xavier criticó, reclamó y aportó datos sobre las gestiones de los integrantes en algún momento en el que estos tuvieron cargos o responsabilidades en instituciones garantes de dar apoyos para producir películas. Por supuesto, cada uno de ellos, dio su punto de vista y trató de calmar a Xavier, quien de manera consciente o inconsciente se echó al bolsillo a los jóvenes asistentes. Xavier fue el triunfador para el público, y el apestado para la mayoría de los realizadores, guionistas, y directores de instituciones fílmicas”.
Tony Kuhn, cinefotógrafo, señaló: “Crímenes y tv se llamaba nuestra filmación, se frustró por un financiamiento de alguien, un alguien a quien le entró miedo seguir filmando, financiando una producción que había preparado Guadalupe con mucha precaución y minuciosidad. Querido Xavier, andábamos una vez más tratando de reinventar el cine, usando el lenguaje de tus personajes que convencen, que son de carne y hueso. Añoro estos a El uso del lenguaje de sus personajes hablando, un lenguaje sin descaros, me hizo ver que podemos ver las cosas como son, sin concesiones e inspirándose de lo que pasaba en la política: en el asqueroso ascenso al poder de Peña Nieto”.
Carlos Trujano, joven director de cine, le escribió lo siguiente a quien fuera su maestro: “En él se podía ver a alguien que merecía siempre todo el respeto del auditorio que lo presenciaba, a la vez de un hombre generoso dispuesto a compartir su experiencia y hacerte sentir un colega, aunque fueras iniciando. Para mí, el maestro fue y será un guía de lo que el cine debe hacer por los cineastas y los espectadores, un ejemplo de voz unificadora que grita lo que otros callan, sin temor, sin censura, sin panfletos”.
Finalmente, Carmen Chinas Salazar indicó qué “lograr las grandes transformaciones sociales demanda muchas voluntades, quienes asumen como compromiso de vida luchar contra las injusticias son personas excepcionales; es un camino difícil, en ocasiones lleno de incertidumbre, pero tiene como recompensa la satisfacción de haber aportado para lograr esos cambios necesarios.
El maestro Xavier Robles tuvo ese impacto con su labor desde el cine, siendo escritor, cineasta, director, productor y militante del ideal de construir un mundo mejor. Xavier Robles desarrolló una perspectiva cinematográfica que ha permitido visibilizar y sensibilizar sobre grandes problemas sociales presentes en el México de finales del siglo 20 y de la realidad contemporánea”.