«Retiro» es el título del largometraje documental de Daniela Alatorre, que inspirado en una historia de amor familiar y de valentía explora el feminismo rural en México a partir del vínculo entre tres generaciones de mujeres que luchan por reafirmar su independencia en una sociedad paternalista.
Producida por No Ficción, «Retiro» llegó a las salas comerciales de México para celebrar la fuerza femenina, indagando con delicadeza en los inesperados lugares donde ésta se congrega. Las protagonistas se acompañan en un espacio religioso donde el discurso les dicta cómo deben ser sus vidas, el rol a seguir y cuáles deben ser sus ideas como mujeres.
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Aunque ya tenía trayectoria como productora cinematográfica, que comenzó en la Ciudad de México con No Ficción, luego de estudiar comunicación en la Universidad Iberoamericana, Daniela Alatorre decidió ponerse a prueba detrás de una cámara para dirigir cuando vivía en Nueva York, ciudad a la que llegó en 2013 para estudiar una maestría en cine documental.
Fue en la casa de su papá en Valle de Bravo, cuando conoció a ‘Marina’, una mujer que se empleó como cocinera, a pesar de la desaprobación de su marido. Y ‘Marina’ le narró a Daniela «la complicidad» de cientos de mujeres que una vez al año suspendían su cotidianidad para irse a encerrar a un lugar sagrado a cuestionar sus propias existencias.
En 2014 tras idas y vueltas, entre México y Estados Unidos, Daniela resolvió comenzar a filmar su ópera prima con la historia de ‘Marina’ que llamó su atención y que reúne su voz junto a la de su hija ‘Zoila’, una joven obsesionada por estudiar y la de su nieta ‘Perla’, en el Santuario de Atotonilco, cerca de San Miguel de Allende, Guanajuato.
Ahí, en el exconvento, cuya antigüedad data de más de 250 años, cada año se confinan durante una semana cientos de mujeres, todas vestidas de blanco y negro con coronas de espinas para realizar oración y reflexionar mientras escuchan a un cura que les recuerda que, a diferencia del hombre, la esencia de la mujer «no es terrenal sino humana y que el sufrimiento es parte de su naturaleza».
Pero esas mujeres aprovechan su «Retiro» para hablar de sus familias y de sus temores, y establecer juntas una solidaridad que escapa a lo católico, también a lo que designan los feminismos urbanos. Juntas generan una poderosa comunidad que se procura a sí misma, entre las pláticas y los rezos.
«Retiro» empezó como resultado de la curiosidad que Daniela Alatorre sentía sobre la vida de sus protagonistas, a las que conocía desde hace más de veinte años. «Empecé por tratar de entender de dónde viene la fortaleza de estas mujeres que viven en el campo, y se organizan en grupos para hablar de temas femeninos aún sin autodenominarse feministas…
«Hay muchos grupos de mujeres organizadas en el campo que no se autodenominan feministas, porque esta terminología no les hace sentido, pero eso no quiere decir que al interior no tengan un proceso de lo que significa ser mujer, de lo que significan los grupos de mujeres, y esta construcción de ser mujer. De eso habla ‘Retiro’, del cuidado y el autocuidado y cómo se van construyendo las relaciones de género en las estructuras familiares».
La joven directora mencionó que el proceso de su documental fue largo: «Tardé unos cinco años en terminar la película porque estuve peleando con mis propios prejuicios durante mucho tiempo, hasta que me di cuenta que me tocaba escucharlas a ellas y retratar sus voces en una película que resultada provocadora dentro de su sutileza», confió.
La cinta se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM 2019) donde recibió la Mención Especial a Largometraje Documental Mexicano. Se presentó también en la selección oficial de DOCSMX 2019, y desde el pasado 19 de mayo puede verse gratuitamente en Ambulante en casa.
