Niños de Yucatán exploran el tránsito de la infancia a la pubertad en «Boli derretido», ópera prima de Augusto Castillo

Una mirada fílmica a la niñez yucateca, en su tránsito de la infancia hacia la pubertad y su despertar al mundo de los adultos, a través de un contexto en el que se combinan leyendas mayas y tradiciones de la región, sustenta «Boli derretido», ópera prima del joven cineasta Augusto Castillo.

Beneficiario del Fondo Municipal para las Artes Visuales 2020 (Mérida), el largometraje de ficción desarrollado en 80 minutos, fue filmado en locaciones de la pensínsula de Yucatán como los cenotes de Homún y Dzitya, entre otras, con la participación de niños y adolescentes no actores del ayuntamiento de Homún (Luis, Aracely, Christopher, Cintia y Joel), quienes fueron preparados con dinámicas de sensibilización emocional para trabajar con la cámara.

Las clases de «Boli derretido» con dinámicas de sensibilización emocional para el trabajo de los niños con la cámara

Inscrito en el género de drama, «Boli derretido», filme en el que también intervienen las actrices yucatecas Glendy Cuevas y Nicté, fue financiado en sus dos primeras etapas de rodaje (2020 y 2021) con aportaciones personales tanto de Augusto Castillo como de los productores Fernanda Sandoval y Enrique Mitz y el apoyo permanente del cinefotógrafo Aleksi Kivinen.

«La película se dividió en tres etapas, con la esperanza de que el primer rodaje nos sirviera como un empujón para aplicar a diferentes fondos, lo que no pudo materializarse de esta forma, así que llevamos a cabo una campaña de crowdfunding mediante la página Gogetfunding y logramos conseguir el 95% de la meta, eso nos permitió tener el último rodaje durante el mes de Agosto de este año”, nos comentó Augusto Castillo.

El director de «Boli derretido» (Augusto Castillo), con ‘Luis’ (Miguelito), protagonista de «Boli derretido»

En plática con Pecime, el cineasta especificó que a los fondos obtenidos mediante la campaña de crowdfunding, se sumaron un pequeño aportes del Fondo Municipal para las Artes Visuales (Mérida) y otro apoyo de la fundación grupo Orve, que les permitió solventar únicamente los salarios de los niños que actuaron en la película y gastos derivados de la producción.

Co-producida entre Planitia Films, casa productora del cineasta yucateco y Kivi Films, de Aleksi Kivinen en Ciudad de México, la historia de «Boli derretido», nació de la reflexión sobre las propias experiencias de su director durante el inicio de la etapa de su adolescencia: “El protagonista (Luis) es un niño en la pubertad que comienza a experimentar cambios en su cuerpo y mente, y vive en un mundo de leyendas, rituales, tradiciones y seres diferentes…

Augusto Castillo (al centro) y el cinefotógrafo Aleksi Kivinen (derecha), con parte del crew de «Boli derretido»

«Se ha creado una imagen errónea de la sexualidad mediante las historias ficticias de sus amigos y esa situación lo impulsa a salir con la niña más bonita del salón…De esta forma, ‘Luis’ emprende un camino crudo, poniéndose a prueba con la naturaleza siniestra de su mundo así como con el mundo hostil de la sexualidad», comentó Augusto Castillo en torno a la historia del filme, similar a la suya, que quiso llevar al cine consciente de la necesidad e importancia de tratar el tema del primer acercamiento a la sexualidad, explorándolo de una manera dinámica y diferente en el entorno tradicional yucateco.

«No todos los niños de nuestras comunidades tienen acceso a una educación sexual adecuada, lo que genera en ellos un mundo de dudas y de complejos» resaltó el cineasta y aclaró que «Boli derretido», no pretende ser una película moralista, sino «derribar construcciones sociales que se han impuesto como normales, pero sobre todo, exponer situaciones por las cuales pasan todos los niños, en una etapa donde navegamos por muchas dudas, desinformación, mitos, tabúes, y falta de educación sexual concreta».

«Nuestra historia retrata la inocencia, que se va transformando, mientras nuestro mundo se vuelve más complejo, todo esto a través de un contexto en el que se combinan leyendas mayas y tradiciones de la región del mayab», puntualizó el director, quien estudió la licenciatura en Cine en Centro de Diseño, Cine y Televisión en Ciudad de México.

En conjunto con los productores Fernanda Sandoval y Enrique Mitz, Augusto Castillo finalizó recientemente el rodaje de «Boli derretido» en formato digital 16:9. Y su trabajo fílmico narrado en español y lengua maya, en el que también participaron Juan Ordorica y Juan Pedro Núñez, como parte del crew, se encuentra actualmente en etapa de edición.

‘Luis’ (Miguelito) con Augusto Castillo y la productora Fernanda Sandoval

«Estamos preparándonos para aplicar a varios work in progress nacionales e internacionales con el deseo de poder terminar la postproducción y exhibirlo el próximo año en festivales nacionales e internacionales para llegar posteriormente a plataformas de streaming como Mubi, Filminlatino, Amazon Prime y Video on Demand, entre otras y a las salas comerciales.

Estudiante de la maestría en realización audiovisual Interzona por la EICTV en San Antonio de los Baños, Cuba, Castillo cuenta con antecedentes en el cine como productor en línea del largometraje documental «Cenote» de la directora Kaori Oda, trabajo que formó parte de la selección oficial del Festival Internacional de Cine de Rotterdam, y como asistente de producción en el largometraje de ficción «Contar el amor», de Raúl Fuentes.

También editor del documental «Réplica», de Oliver Victoria dentro de la casa productora Mercado de Luz, Augusto Castillo mencionó que tanto él como su equipo de trabajo están abiertos a la posibilidad de crear otra co-producción con alguna casa productora en México o en países de Europa o de Latinoamérica, ya que todavía necesitan apoyo para terminar la postproducción de «Boli derretido».

Los trabajos del joven cineasta  que está por comenzar el rodaje de su cortometraje documental de titulación en la maestría de Realización audiovisual, provisionalmente titulado «Caras de fábrica», han sido presentados en diferentes festivales como el Internacional de Cine de Monterrey, el Festival Internacional de Cine de Marbella y El Iñigo Film Festival en Panamá , donde ganó el premio ‘Emerging filmmaker award’ por su cortometraje «El caminante mayor».