Del Puño y Letra de Rosita Quintana
-Jorge Negrete la oyó cantar en Argentina y la invitó a venir a México
-En el cine trabajó con Infante, Pardavé, Fernando Soler y con Tin Tan
En una de sus giras por Argentina, Jorge Negrete oyó cantar a Rosita Quintana y, fascinado por su belleza y su voz, la invitó a venir a México a probar fortuna. Al poco tiempo, la artista le hizo caso y en 1947 llegó a nuestro país para realizar una breve temporada de presentaciones en el centro nocturno El Patio, con tal éxito que decidió quedarse para siempre y adoptar a nuestra nación como su segunda patria.
En México, Rosita Quintana, quien hace unos días falleció a la edad de 96 años, no sólo triunfó como actriz y cantante sino que se convirtió en un ícono del cine mexicano y en una de las figuras de la época de oro, al protagonizar memorables películas en las que fue dirigida por los más renombrados directores, entre ellos Luis Buñuel, con quien trabajó en «Susana, carne o demonio», uno de los títulos más destacados en su amplia filmografía.
También alternó con las grandes figuras de la época dorada de la cinematografía nacional, entre las que destacan: Pedro Infante, Pedro Armendáriz, don Fernando Soler, Arturo de Córdoba, Ignacio López Tarso, Víctor Manuel Mendoza, Luis Aguilar, Joaquín Pardavé y, por supuesto, con Germán Valdés, Tin Tan, con quien compartió créditos en tres de sus más simpáticas películas: «Calabacitas tiernas», «Soy charro de Levita» y «No me defiendas compadre».
Con Pedro Infante protagonizó «El mil amores», tal vez el filme de Rosita Quintana que más se programa en Televisión. Con el otro Pedro, Armendáriz, participó en «El hambre nuestra de cada día», por cuyo trabajo recibió grandes elogios, por el papel que le tocó interpretar de una mujer que se opone a que su pareja sea un acaparador de alimentos y lucre con la necesidad de la gente.
En su larga trayectoria artística, Rosita Quintana tuvo muchos pretendientes pues fue una mujer muy atractiva que no escapaba a las propuestas de matrimonio de productores, directores de cine y galanes de la época. Sin embargo, fue con el gerente de los estudios Paramount Pictures, Sergio Kogan, con quien estuvo casada y con quien procreó a su único hijo, del mismo nombre de su padre, aunque más adelante adoptó a una niña a quien llamó Paloma Guadalupe.
En 1964 sufrió un fuerte accidente automovilístico que casi le cuesta la vida ya que permaneció por varios días en coma mientras que su esposo, Sergio Kogan, falleció en el mismo. Su última participación en cine fue en el año 2005 en la película «Club Eutanasia», por la que estuvo nominada a la Diosa de Plata de PECIME.
Esta gran estrella del firmamento artístico que hace unos días dejó de brillar, al igual que muchas otras figuras de la época de oro del cine mexicano fue una gran amiga de los socios de PECIME, a quienes dedicó el texto que ahora les compartimos, escrito de su Puño y Letra: