La historia de María del Mar y su padre, Marco Antonio Terrón, es tan interesante que un productor de cine tiene la intención de plasmarla en una película. Ellos son los creadores del popular pregón: «Se compran colchones, tambores, refrigeradores, lavadoras, microondas o algo de fierro viejo que vendan…», por el que deberían de obtener alguna ganancia por las miles de reproducciones que a diario se hacen de la grabación y, sin embargo, viven en condiciones de humildad en una colonia de Chimalhuacán, Estado de México.
No hay un comerciante dedicado a esa actividad que no la utilice. La grabación ha trascendido las fronteras de México, pues a países de centro y sudamérica se ha extendido este pregón. Sus creadores, sin embargo, por ignorancia y desconocimiento de la Ley Federal del Derecho de Autor, la entregaron gratuitamente a compañeros de oficio al día siguiente de realizarla, sin imaginar el alcance de difusión que ésta iba a tener.
El líder de la banda de rock El Tri, Alex Lora, quien es también miembro del Consejo Directivo de la Sociedad de Autores y Compositores de Música, en una ocasión preguntó en una sesión de trabajo: «Que, ¿este pregón no debería de generar derechos de autor a sus creadores?, porque se escucha todos los días en todo México y en todas partes».
La respuesta al también compositor y músico fue: «Si, pero lo difícil es cobrar, ¿a quien se le demandaría el pago si los que la difunden son personas que andan por las calles en camionetas, carretas jaladas por animales, bicicletas y triciclos que la obtuvieron gratis y ahora la usan para anunciar su actividad y es su herramienta de trabajo?”.
La conclusión es que a Marco Antonio y a su hija, quienes hace más de 20 años dedicaron en una noche más de 4 horas a realizar la grabación en un casete, porque los aullidos de los perros afuera de su casa no los dejaban lograr una grabación limpia, no se les ocurrió registrarla o contratarla con una empresa para que ésta la vendiera a quienes se dedican a ese oficio y así hubiera una entidad a la cual cobrar los derechos de autor y a su vez a ellos se les pudiera pagar por el uso de su grabación.
Como ironía, el pregón, que es todo un éxito porque se sigue escuchando a diario en colonias de todo tipo de clase social y tiene una amplia difusión, incluso internacional, no les ha reportado ninguna ganancia a sus creadores, María del Mar y su papá, Marco Antonio; ellos viven en condiciones de humildad en la colonia Villa San Lorenzo, en el municipio de Chimalhuacán, Estado de México, por lo que Marco Antonio ha tenido que complementar su oficio de comprador de aparatos viejos con otra actividad para ganar dinero extra.
Es así como él y su hija, María del Mar, quien actualmente es madre de una niña de nombre Marimar, han tenido que desempeñarse como animadores de fiestas infantiles en las que ella se presenta como la payasita «Chimbombita» y su papá como el payaso «Aguirrón».
Esta historia y la trascendencia que ha tenido el popular pregón, ha hecho que un conocido productor y director de cine esté interesado en llevarla a la pantalla grande, por lo que en este tiempo de pandemia se ha dado a la tarea de escribir un guión que en cuanto las condiciones sanitarias en el país lo permitan preparará todo lo concerniente a la producción.