Del Puño y Letra de «Viruta» y «Capulina»
“Chespirito” los proyectó al éxito con sus libretos
Raúl Velasco trató inútilmente de volver a reunirlos
Con libretos de Roberto Gómez Bolaños, “Chespirito”, creador de “El chavo del 8” y “El chapulín colorado”, la pareja cómica integrada por Gaspar Henaine “Capulina” y Marco Antonio Campos “Viruta”, irrumpió con gran éxito en la década de los años 60 en la televisión mexicana con el programa “Cómicos y canciones”, en el que además de hacer humorismo mostraban su faceta de músicos y cantantes.
La serie semanal, en la que también participaba el dueto de moda de esa época de las Hermanas Navarro, tuvo tal aceptación que los dos comediantes mexicanos, “Viruta” y “Capulina”, por su gran semejanza física a los famosos actores Stan Laurel y Oliver Hardy, fueron considerados la versión latina de “El Gordo y el Flaco”.
Antes, en 1957, debutaron en el cine mexicano en las películas “La sombra del otro” y “Se los chupó la bruja”, la primera de ellas sin ninguna trascendencia, mientras que la segunda, aunque no fue del agrado de “Capulina”, que tras su actuación en la misma pensó en alejarse para siempre de los sets cinematográficos, registró su primer gran éxito en taquilla al permanecer durante 8 semanas en cartelera.
Esta respuesta del público los alentó para continuar en el cine en el que participaron en más de 35 películas, entre las que destacan los títulos: “Muertos de miedo” (1958), “A sablazo limpio” (1958), “Angelitos del trapecio” (1959), “Dos criados malcriados” (1959), “El dolor de pagar la renta” (1960), “Cómicos y canciones” (1960), «Los desenfrenados» (1960), “Limosneros con garrote” (1961), “Qué perra vida” (1961), “Cascabelito” (1962), “Barridos y regados” (1963), “Dos meseros majaderos” (1965) y “La guerra de los pasteles” (1966).
La pareja artística lamentablemente empezó a tener diferencias en el momento en que el programa de televisión terminó su ciclo y las filmaciones de películas eran cada vez más escasas. La falta de oportunidades de trabajo y las cada vez más frecuentes discusiones entre ellos, hizo que “Viruta” y Capulina” se separaran y que cada uno continuará por su lado su carrera artística de manera independiente.
En el caso de “Viruta”, su paso por los escenarios, ya sin su compañero Gaspar, fue efímero debido a que los proyectos en que participó ya no tuvieron el respaldo del público. “Capulina”, en cambio, logró tener varios años un programa de televisión, un circo, dos cuentos de historietas y participar de manera independiente en más de 58 películas.
Sus filmes, ya sin “Viruta”, la mayoría se convirtieron en éxitos comerciales como fueron los casos de: “El zángano” (1968), “El nano” (1971), “El metiche” (1972), “Capulina chisme caliente” (1975), “El naco más naco” (1982) y “Mi compadre Capulina” (1989), entre otros, bajo la dirección y producción del destacado cineasta Alfredo Zacarías, quien además escribía las historias especialmente para él.
Raúl Velasco, en un afán de lograr que limaran asperezas y volvieran a estar juntos, intentó inútilmente hacerle un homenaje a la pareja cómica en su famoso programa “Siempre en Domingo”, el cual no se logró llevar a cabo por la negativa de “Viruta” y su rechazo a volver a pisar un escenario al lado de quien había sido su compañero de trabajo durante varios años.
“Viruta” y ”Capulina” fueron grandes amigos de los socios de PECIME. Gaspar Henaine, incluso, fue compadre del profesor Alfredo Ruiz del Río, uno de los más notables y destacados periodistas del medio artístico mexicano y socio fundador de la asociación. Ambos artistas, en 1959, dedicaron a la agrupación, de su Puño y Letra, el texto que ahora compartimos con ustedes: