Después de “Asfixia”, película en la que profundiza en temas como la poca resignación frente a la pérdida del ser querido, la discriminación y los obstáculos que trae consigo la reinserción social de los presos, así como la violencia que puede llegar a sufrir una mujer que sale de prisión, Kenya Márquez tiene en preparación el filme con el que completará la tercera parte de una trilogía iniciada en 2011 con “Fecha de Caducidad”, su ópera prima.
“Se Busca”, es el título del nuevo trabajo cinematográfico de la productora, directora y guionista nacida en Guadalajara, Jalisco, en el que apegada a sus convicciones como realizadora, continuará ahondando en los fenómenos de la marginación y discriminación que nos afecta como sociedad, para tocar otra problemática muy latente en México, como es la desaparición y el robo de menores.
“Vamos muy bien. Creo que esta cuarentena me está sirviendo de mucho para retomar mi historia, justamente estamos trabajando el guión y con la posibilidad de buscar el financiamiento para rodarla el próximo año. ‘Se Busca’ es la historia de una chica adolescente, que va enredado en el tema de la desaparición y el robo de menores y de cómo la sociedad está inmersa en esa realidad, sin darse cuenta…
“En ‘Fecha de caducidad’ abordé la poca resignación ante la pérdida de un ser querido a través del amor materno de una mujer de la tercera edad hacia su hijo; en ‘Asfixia’ insistí en la misma temática, pero con una mujer de 30 años, también a partir del amor de esta mujer hacia su hija, y todo esto enredado en la pérdida…
“En la tercera parte de mi trilogía presentaré un contexto otra vez de la sociedad mexicana, evidentemente desde el humor negro y con la voz y el punto de vista de una adolescente, para abordar la desaparición y el robo de menores, problemática vinculada al entorno social, económico y cultural de México”, nos adelantó Kenya, también productora de los cortometrajes «Noche Santa» (2002), «Héroe» (2003, «Epílogo» (2009) y “La mesa servida” (2011), trabajo por el que recibió el premio a mejor cortometraje en el Festival Internacional de Nueva York.
Radicada desde hace varios años en la ciudad de México, la realizadora y periodista, dijo que buscará que su nuevo guión resulte lo suficientemente sólido “para reflejar la inocencia, la frescura, la garra y esa fuerza que tienen los adolescentes”, tomando como fuente inspiración a su hija, para explorar y aprender de ella.
En cuanto a los escenarios del rodaje de “Se Busca”, Kenya Márquez quien en 2012 recibió reconocimientos en el Festival Internacional de Gotemburgo por su primer film de ficción “Fecha de Caducidad” (Mejor Guión) y los Premios Minerva del Festival de Cine Latino en Trieste, mencionó que le gustaría hacerla en provincia, “podría ser Guadalajara-Ciudad Juárez o Ciudad de México-Ciudad Juárez, es nuestra intención”.
De forma paralela, Kenya Márquez trabaja en la planeación del camino que tiene pendiente de recorrer “Asfixia” después de su estreno comercial y de haberse presentado en varios festivales y obtener varios reconocimientos alrededor del mundo:
“Estamos ya en la parte de las ventas a nivel nacional e internacional para colocarla en otras plataformas, y va en ese camino, porque nos interesa mucho que la película tenga la oportunidad de exhibirse en otros países, eso es lo que estamos buscando, aunque ahora con la pandemia no sabemos qué vaya a suceder…”.
Sobre el desarrollo de la historia de “Asfixia” en locaciones poco amables, como fueron los reclusorios varonil y femenil y con actores profesionales y naturales, reconoció que para ella fue un reto total:
“Yo nunca había filmado fuera de mi tierra natal, pero camino a la escritura del guión, me di cuenta que era muy importante que esta historia se contara en una gran ciudad, como lo es la Ciudad de México, con esta grandeza, con esta masividad, con este mundo de personas que habitamos aquí con diferentes intereses y decisiones, pero también con esa notoria indiferencia frente a lo que ocurre en su entorno, con los demás”
“Quería que mi personaje central se sintiera muy vulnerable al salir de la cárcel en esta ciudad tan inmensa, y bueno pues la realidad es que sí tuve que adentrarme más, tratando de encontrar un mundo paralelo, sin buscar el lado dramático sino enfocado en la gran ciudad tal y como es, donde todos estamos, caminamos y juzgamos, pero también donde mucha gente pasa inadvertida…
“Y para adentrarme mucho en el tema de los presos de los reclusorios, estuve visitando varios, platicando con presos, con mujeres, con hombres. Para mí fue una experiencia muy grande, porque me di cuenta que también yo discriminaba, que también al estar yo en un reclusorio varonil tenía una actitud distinta, porque tenía miedo de estar en el varonil y en el femenil no, que había cosas que me provocaban alejarme. Es fuerte reconocerte también como en la misma posición de los personajes y quise plasmarlo.
“El aprendizaje fue de re trabajar el guión una y otra vez con Alfonso Suárez, mi coguionista, para que eso estuviera ahí, que la película tuviera una historia universal del amor de una madre, de amores desafortunados y de búsqueda de un amor, todo alrededor de un contexto en realidad nada favorecedor para nadie.
“Y luego me tuve que ir al camino de buscar a una mujer albina, que fuera actriz, y eso fue de los más complejo de la película, porque no habían actrices albinas mexicanas hasta ese momento y fueron muchos meses y años de estar buscando este personaje en toda la República mexicana hasta encontrarnos a Johana y a Azul Magaña que son las que interpretan a las albinas en la película.
Comentó que otro reto después de encontrarlas, fue que en su condición de actrices naturales, pudieran reflejar en sus interpretaciones la fuerza y complejidad de los personajes, lo que se logró gracias a la generosidad de actores experimentados como Raúl Briones, Mónica del Carmen y Enrique Arreola, quienes tuvieron al paciencia y estuvieron siempre atentos al aprendizaje de Azul y de la psicóloga y escultora Johana Fragoso, quien en su infancia y adolescencia fue víctima de insultos y agresiones.
Kenya Márquez, quien este año ha sido nominada por Pecime para la Diosa de Plata en las categorías de Mejor Película y Mejor Director por “Asfixia”, a las que se suman las de Mejor Actor (Enrique Arreola) y Mejor Actriz (Johana Fregoso), se reconoce agradecida con los reconocimientos que ha recibido a lo largo de su carrera como cineasta.
“El reconocimiento es importante, sobre todo porque a partir de ello, tu película tiene más posibilidades de ser vista, además de que a pesar de las limitaciones que tiene el cine mexicano en materia de exhibición, provoca que de una u otra forma estos reconocimientos nos den un parámetro de que nuestro trabajo está bien hecho”.
Destacó que lo más importante es lograr que los espectadores se conmuevan e identifiquen con las historias y las disfruten. “Esa posibilidad de poder contar historias y de construirlas de una forma en que se conviertan en valores universales, capaces de conmover por igual al crítico de cine tanto nacional como extranjero, al adolescente, al hombre o la mujer madura, la madre de familia o el padre, es lo que resulta más importante para un realizador”.
En ese sentido reconoció que “Asfixia” le ha redituado una satisfacción especial, ya que “es mi película más personal, un trabajo que engloba mucho lo que yo soy, mi contexto, mi posición en relación a muchos temas como el dolor de una madre, y por eso me da mucho gusto la nominación a la Diosa de Plata y todo lo que ha pasado con la película”.
A pregunta expresa sobre lo que necesita el cine mexicano para mantenerse en el nivel que ha alcanzado internacionalmente, Kenya subrayó que en su opinión “aún hace falta trabajar en nuestros guiones y en nuestras historias con más rigor para hacerlas más universales, tocando más géneros y arriesgándose a contarlas sin temor a…”.
“Creo que los mexicanos en ese sentido hemos avanzado mucho y yo lo recuerdo, en el 97 que hice mi primer película era muy difícil tocar una película de humor negro y que alguien leyera un guión así, que lo entendiera, que te apoyaran y que funcionara, y ahora es más fácil también que apoyen a una mujer, porque hay muchas cineastas directoras, que es un camino que labraron desde Busi Cortés, Adela Sequeyro y Mimi Derba, por citar solo algunos ejemplos”.
“Estamos ahí, pero en general siento que falta como tener este rigor, incluyéndome a mí, en el guión y en esta diversidad sin temor. Luego vemos películas mexicanas que se lanzan al ruedo sin miedo y que son grandes películas que disfrutamos mucho todos. Creo que hay que ir en la búsqueda de eso. A mí en lo personal me gusta contar historias que conmuevan, que el espectador sienta que está adentro de ellas, que el cine se llene y que las disfruten percibiéndolas cercanas”.
Finalmente, Kenya aseguró que trabajar fuera de México, no está por ahora entre sus proyectos: “No lo he pensado, porque soy muy arraigada a mi país, a mi forma de contar historias, a los mexicanos, a lo que somos, a los personajes que existen día a día en México y que son inspiradores, pero tampoco lo desecho, solo sé que disfruto mucho estar en mi país, dentro de todas las condiciones tan tremendas que existen y con el miedo que vivimos todos”, concluyó.
TEXTO: PECIME