Formado en M&M Studio, la prestigiada escuela de actuación de Patricia Reyes Spíndola, Alejandro Luna Jara tuvo su primera oportunidad en el cine con “Casa Caracol”, película producida por Francisco Vargas (“El Violín”, 2005) y dirigida por Jean Marc Rousseau Ruiz.
Dentro de esta historia que explora los vínculos entre la geografía y la soledad y en la que el personaje central interpretado por Sofía (Rosalba García) se ve afectada por la violencia en un contexto aparentemente idílico, Alejandro da vida a Héctor, un joven mudo y misterioso que llega a Casa Caracol huyendo de la vida misma…
“Aunque no habla, Héctor es un personaje emblemático, un pivote en la tensión dramática de la película, que se presenta como un observador permanente de la protagonista, sus lágrimas, sus vivencias, sus deseos y dudas, enfrentado el conflicto de seguir el canon de valores universales como la nobleza u optar por la comodidad de huir de la vida sin afrontar sus decisiones”, refiere el actor, quien también colaboró en el filme como coordinador de producción.
“Este personaje que no habla y que por momentos pareciera que no participa, ha sido testigo de la perdición de muchas almas y al ver a Sofia encuentra en ella algo bello, de ahí que quiera protegerla y salvarla cuando siente que la realidad se desmorona en Casa Caracol y finalmente opta por la nobleza enfrentándose a la realidad con valor, aunque le cueste la vida, peleando contra el caos y la oscuridad para defender sus ideales”.
En la trama de Casa Caracol, cinta que continúa exhibiéndose en la cartelera de la Cineteca Nacional, Le Cinéma – IFAL, Cinematógrafo del Chopo y La Casa del Cine Mx., Alejandro Luna Jara también comparte créditos con Ianis Guerrero, José Carriedo, Leonora Muller, Gerardo Taracena y Harold Torres, quienes aceptaron participar en la ópera prima de Jean-Marc Rosseau, por amor al cine.
Con experiencias previas en teatro y trabajos de producción con Francisco Vargas, el joven actor destacó que Héctor le deja un gran aprendizaje, ya que lo enfrentó al reto de construir interna y externamente a un personaje profundo, interesante, con una psicología muy distinta a la suya y en circunstancias de gran presión, pues la cinta fue rodada durante solo tres semanas y con poco presupuesto en Xilitla, un pueblo mágico ubicado en las zonas más altas de la huasteca potosina.
Mencionó que para construir su personaje que representa “la humanidad” en la cinta, tuvo que enfocarse en los requerimientos dramáticos que le exigió cada escena, para trasmitirle sentimientos como miedo, empatía o confusión, lo que finalmente influyó en la relevancia que Héctor tiene en Casa Caracol, “una historia donde los personajes escapan de su realidad en el intento de salvarse y ponen al espectador en una situación de ansiedad e incertidumbre”.
En cuanto a la forma en que le gustaría que permaneciera Casa Caracol en la memoria del público, destacó su deseo de que más que como una expresión de protesta o un discurso sobre la violencia, el filme “pueda ser analizado desde un concepto más humano y existencial, para procurar una mejoría en la forma de relacionarnos como seres humanos, sin egoísmo ni sentimientos negativos”
Alejandro nos comentó que a partir de su participación en Casa Caracol, han surgido nuevos proyectos para él, además de que tiene en preparación un libro personal sobre la temática de amor, que espera sacar a la luz el próximo año.
Sobre el tipo de cine en el que gustaría desarrollarse como actor a futuro, afirmó finalmente que siente especial atracción por los géneros de cine negro y policíaco: “Me llama mucho la atención el suspenso enfocado al cine fantástico y al drama como tal. No me gustaría participar en proyectos que toquen temas de narcotráfico, bandas de la calle o migrantes, porque siento que ese tipo de cine fomenta el discurso político y no el arte”, concluyó.
TEXTO: PECIME