María Novaro traiciona los principios más elementales dictados por el Presidente Andrés Manuel López Obrador. El Jefe del Ejecutivo pidió a los miembros de su gobierno no mentir y conducirse con rectitud y honestidad. La directora del Instituto Mexicano de Cinematografía, no ha hecho caso a esta indicación y ha desarrollado una habilidad paralela a su función al frente de la cinematografía nacional: la de mentir y engañar.
La funcionaria, quien como primera actividad al asumir la dirección del IMCINE hizo caso omiso a la indicación Presidencial de no gastar en viajes al extranjero y pasando por alto este llamado, sin autorización se fue a Francia, al Festival de Cine de Cannes, sin que hasta el momento haya dado a conocer cuánto gastó y si repuso el dinero que utilizó del presupuesto público para su viaje de menos de 48 horas, hace unos días declaró:
“El IMCINE ha dado apoyo a todo aquel festival que se lo solicite. En el caso de las Diosas de Plata, los organizadores no tenían un peso ni forma de funcionar. De todos modos les ofrecimos lo que les ofrecemos a todos, mucho apoyo en especie, pero nunca regresaron. Poco después, declararon a un periódico que no habían sido apoyados y que por eso cancelaban la entrega, pero cerraban porque sus finanzas estaban absolutamente deterioradas”.
María Novaro, como integrante del gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador le hace un “flaco favor” al movimiento transformador de la 4T, al justificar con mentiras y engaños sus errores y su actitud. Miente la directora de IMCINE y engaña a la opinión pública al afirmar que PECIME canceló la 48 entrega de Diosas de Plata de este año porque “los organizadores no tenían un peso ni forma de funcionar”.
En PECIME hicimos el mayor esfuerzo para realizar la ceremonia y contábamos como cada año, con un presupuesto en el que hacía falta completar algunos rubros, por eso a sugerencia de la Subsecretaría de Diversidad Cultural de la Secretaría de Cultura, gestionamos una cita con la titular de IMCINE, quien en principio nos canalizó con uno de sus subordinados, el cual, una hora antes de la cita a la que nos había convocado, telefónicamente la canceló.
Días después y ante nuestra molestia, María Novaro nos invitó a reunirnos con ella “porque está reagendando citas”, nos dijo en ese entonces su secretaria. Asistimos a la reunión en sus oficinas, en donde la directora nos dijo que había preocupación en la Secretaría de Cultura “porque se están cancelando muchos proyectos y no quieren que se piense que no hay interés por la cultura”.
Nos ofreció tres lugares para realizar la ceremonia: El Auditorio Nacional, la Cineteca y un espacio en Los Pinos, el cual dijo que la Secretaría de Cultura estaba interesada en promover como recinto cultural. Le explicamos que el Auditorio Nacional era demasiado grande, pues nuestra asistencia anual es de 3 mil personas contra las 10 mil que caben en el Auditorio.
De la Cineteca, le explicamos que las salas eran pequeñas para el número de personas que asisten a nuestro evento, y de Los Pinos le hicimos ver que al lugar se le tenían que hacer adecuaciones que podrían resultar más caras. Le dijimos que hacer la entrega de Diosas de Plata en el Teatro Metropólitan no era un capricho ya que el recinto, por la enorme demanda que tiene de empresarios de espectáculos, se debe apartar con un año de anticipación y que PECIME así lo había hecho desde junio del 2018.
Una de sus colaboradoras dijo que consultarían la normatividad vigente y que de acuerdo a la misma, IMCINE sólo podría apoyar con el pago del 70% de la renta y PECIME pagaría el resto. Estuvimos de acuerdo. De la Alfombra Roja, nos hicieron ver que su costo era muy elevado. Les dijimos que sí, pero explicamos que era el proveedor del teatro y que si ellos tenían su proveedor que cobrara menos, aceptábamos.
Del alquiler de las pantallas de led que se usan para proyectar los clips de nominados y cápsulas de los homenajes, dijeron que checarían la normatividad para ver de qué manera podrían apoyarnos. Terminada la reunión pedimos una respuesta lo más pronto posible pues teníamos el tiempo encima. Contestaron que a más tardar el lunes (era jueves el día de la reunión).
Estábamos confiados de que nuestros argumentos habían convencido a Novaro y que nos daría la ayuda que necesitamos para hacer el evento, ya que el costo de los servicios que requeríamos no superaba los 200 mil pesos y quizá podría ser menos si ellos echaban mano de sus proveedores que les podían dar mejores precios.
En la reunión, le aclaramos a María Novaro que PECIME no quería que nos dieran dinero, sino que nos apoyaran pagando algunos de los servicios y si era con proveedores con los que ellos trabajaban, mejor. Le explicamos que la agrupación había tenido gastos imprevistos en el año que habían afectado nuestra economía, pero nunca le dijimos que la agrupación no tenía ni un peso para el evento, como mañosamente afirma la directora del IMCINE para justificar sus actos.
La respuesta de María Novaro a nuestra petición de ayuda se dio al día siguiente de la reunión. Mediante un correo electrónico se nos comunicó que por normatividad no podían pagar ningún porcentaje de la renta del teatro porque no estaba permitido por adjudicación directa, ni tampoco la alfombra, porque no estaba autorizado en el rubro de servicios integrales y que no tenían proveedores para ese renglón y que lo del apoyo para la renta de las pantallas se revisaría con su proveedor.
No volvimos a tener comunicación con María Novaro y fue entonces que ante la falta de lo que para algunos era una cantidad insignificante (200 mil pesos), comparada con los presupuestos millonarios que se asignan a otras organizaciones, pero que a nosotros nos faltaban para completar nuestro presupuesto, decidimos cancelar la 48 entrega de Diosas de Plata. Esta es la verdad, no lo que acaba de contar María Novaro para justificarse traicionando los principios más elementales dictados por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, de No Mentir ni Engañar.