Llevar al cine mexicano a un nivel más avanzado de producción es el objetivo del director tapatío Ian Martin Castillón y esa ambición la reflejará en su ópera prima Fantasmas y la última pesadilla, largometraje con el que además, busca replantear las historias de terror en la pantalla grande con toques inteligentes de comedia.
El uso de herramientas tecnológicas y la creación de sets físicos construidos en el Teatro Estudio Cavaret de la ciudad de Guadalajara, que se mezclan con sets virtuales a través de una novedosa técnica de edición, son los elementos con que trabajó Ian Martin desde hace varios meses en conjunto con un equipo calificado de creativos para hacer posible su primera película que se encuentra en etapa de posproducción.
La ambientación de Fantasmas y la última pesadilla fue lograda con cápsulas y escenarios de estudio equipados con pantallas LED, modelado 3D e iluminación digital, proceso conocido como Virtual Production y que ha sido impulsado por productoras internacionales como Disney, para la serie The Mandalorian bajo este formato tecnológico.
En el que representa su regreso al género del terror, Susana Zabaleta encabeza el reparto de este proyecto del realizador formado en la Universidad de Guadalajara y el New York Film Academy. La acompañan Ricardo Fastlicht, Giuseppe Gamba, Marilyn Ricaño, Facundo, María Barracuda y Ceci de la Cueva, así como Frank Rodríguez y las debutantes Bella Castillón y Ximena López, entre otros talentos.
«Los personajes están divididos en dos diferentes épocas (1970 y 1956), y se ven entrelazados dentro de la narrativa por un fantasma llamado Elizabeth (Zabaleta). De ahí se desenvuelve todo un misterio que va jugando mucho con la transformación de cada uno de ellos. Esta es una película muy diferente dentro de lo que conocemos en el cine mexicano, porque conjunta una gama muy amplia de lo que es el terror en general, desde lo sobrenatural, hasta la locura, la demencia, el gore, el suspenso y el thriller para recrear fenómenos paranormales…
“Nos dimos a la tarea de encontrar maneras distintas de hacer cine narrativamente hablando y con personajes muy complejos que hacen a un lado los estereotipos. En eso también notarán una diferencia”, explicó el joven director, quien para la selección de su reparto, optó por elegir a personas que fueran ‘lo más auténticas’ para interpretar a los personajes, sin importar sus antecedentes, si eran cineastas, conductores o músicos:
“Quería la capacidad de ellos y que también se divirtieran y se logró, todos son auténticos y aportaron lo mejor de su talento para interpretar a sus personajes sin que se sientan dramáticos. En lo personal quedé muy satisfecho con su desempeño y los aportes que hicieron”, dijo.
Martin mencionó que escribir el guión de Fantasmas y la última pesadilla, en coautoría con Eduardo Espíndola, requirió de un trabajo de investigación muy profundo en cuanto a conocer las épocas y buscar mezclarlas con el cine de terror para que la cinta cobrara vida por sí misma.
«Ese fue uno de mis retos y el otro, haberme visto obligado a hacer cambios al momento de iniciar la posproducción… tomamos la decisión de ya no utilizar el stop motion, como lo habíamos planeado originalmente, porque no era lo más conveniente y me dolió mucho, dado que ya teníamos muchas de las animaciones avanzadas, pero tuve que decirles adiós. Como director te toca resolver lo mejor para la historia y así lo hicimos», confió.
En cuanto al financiamiento de Fantasmas y la última pesadilla, Ian Martin dijo a Pecime que se logró de manera independiente, con recursos del mismo equipo de trabajo y el respaldo de Guanamor y la casa productora CM Films, especializada en tecnología para desarrollo de efectos especiales y entornos virtuales.
«Para la estética de la película, que es muy especializada, quisimos basarnos en un estilo parecido al del expresionismo alemán y tomar referencias de la cuna del terror», especifó el cineasta, quien para su trabajo reunió a un equipo de creativos calificados, entre ellos la diseñadora de producción Karla Castañeda, el fotógrafo Daniel Blanco, Eduardo Bautista (director de arte) y Franz A. Novotny (supervisor de efectos visuales).
«Grabamos en tiempo récord en cuatro diferentes sets, dos de ellos muy grandes que fueron planeados por nuestra diseñadora de producción junto al equipo de arte se encargó de hacerlos desde cero. Fueron dos meses de pre-producción que se dedicaron específicamente a la construcción de los espacios originales. Ahora estamos viendo lo de la música (el score) y los detalles finales», detalló el director.
Sobre la fecha tentativa de estreno de su ópera prima, en la cuya producción participó un equipo conformado por Julieta de la Cerda Cobos (productora), Mauricio Escobar (productor asociado), Wendy Merino (supervisora de producción) y Adriana Ruiz, Ian Martin dijo que estiman podría ser en abril de 2022, «lo que dependerá del resultado de las pláticas que hemos iniciado para concretar su distribución en salas o en alguna plataforma. Estamos trabajando también en eso».
Con solo 24 años de edad, Ian Martín Castillón está considerado actualmente como el director de cine más joven tanto en México como en Estados Unidos. Ha realizado videoclips para Erik Rubín, Aire y Fuego, así como Funky Liberation y estuvo nominado al Latin Grammy, con Jotdog, del tema Catástrofes Perfumadas, primer video hecho en Virtual Production en México por CM FILMS y Guanamor Films.
Además, fue director del cortometraje Birds in the City, con el que obtuvo galardones en diversos festivales, como el Internacional de Baja California, Alaska Film Awards y la edición del FICG en Los Ángeles, en 2019.