Datos poco conocidos de “La banda del automóvil gris”, son revelados por el abogado César Augusto Lezama

“La banda del automóvil gris” es una joya del cine silente mexicano que además de ser una historia basada en hechos reales, tiene datos interesantes poco conocidos como el hecho de que la famosa artista, María Conesa, “La gatita blanca”, era una de las personas a quien el grupo delictivo supuestamente vendía las joyas y artículos “chuecos” que obtenía de los robos que cometía en casas habitación. 

María Conesa, «La Gatita Blanca» de la Revolución Mexicana

Lo anterior es producto de las investigaciones que el abogado, maestro, catedrático e historiador, César Augusto Lezama, ha realizado y de la disciplina que el profesionista ha inculcado a sus alumnos en la tarea de ser observadores y explorar aspectos legales y de justicia en cosas que parecen simples y en situaciones aparentemente sencillas.

César Augusto Lezama, abogado, maestro, catedrático e historiador

En el caso del cine, el historiador ha recopilado información que rodeó a la película de “La banda del automóvil gris”, misma que le permite afirmar que “la justicia en nuestro país no ha cambiado mucho en 100 años”, pues en la historia de dicho grupo delictivo, que trajo en jaque a la sociedad mexicana en 1915, había complicidad de políticos, policías, personajes del ambiente artístico y militares.

César Augusto recuerda que en esa época las nacientes colonias de la ciudad de México, Tacubaya, San Rafael, Condesa y Santa María la Rivera, era sitios a los que la clase pudiente asistía con regularidad y por lo mismo lugares en los que mayormente aperaba la banda de delincuentes.

“Era obvio que había complicidad de autoridades pues la manera como se introducían los delincuentes a las casas habitación a robar era mediante órdenes de cateo que no eran falsas, eran auténticas, ¿Quién se las proporcionaba?, pues lógicamente que funcionarios del gobierno”, dijo.

En este sentido, el licenciado en derecho menciona que uno de los lugares en los que más ilícitos cometía la banda era la zona de Tacubaya debido a que en ese entonces era un sitio de recreación de las familias aristócratas de la época.

El maestro e historiador, menciona otro hecho que habla de la complicidad de las autoridades con la banda pues una vez que fueron capturados los miembros del grupo se procedió con rapidez a su fusilamiento con la clara intención de que no pudieran hablar y delatar a su cómplices, entre ellos policías, políticos y militares.

“A los detenidos se les hizo un juicio sumario y uno de los argumentos para llevarlo a cabo fue acusarlos de desertores cuando en realidad no había elementos para hacerles dicho cargo, pero el caso exigía que fueran fusilados lo más pronto posible siguiendo aquel viejo refrán de ‘los muertos no hablan’.

César Augusto, miembro del Colegio de Abogados y con una amplia trayectoria en cargos de impartición de justicia, además de impartir clases a alumnos de derecho de la UNAM y de escuelas y universidades particulares, expuso en la Cineteca Nacional hechos que rodearon la historia de la película “La banda del automóvil gris”, donde se exhibió el filme en una de las salas de dicho complejo cinematográfico.

El catedrático platicó con el representante de PECIME al que reveló que uno de los integrantes de la banda estaba relacionado con una de las familias aristócratas de la época y que, incluso, al lado de la casa de dicha familia se ubicaba una de las guaridas de la banda. 

“En ese entonces el auto que usaba la banda, un Fiat Lancia, no era común que cualquier persona lo trajera por lo que al circular por las calles de la ciudad era evidente que las autoridades se percataban de ello pero no hacían nada para detener a sus tripulantes”, comentó.

La historia de “La banda del automóvil gris” está basada en hechos reales ocurridos en 1915 cuando un grupo de delincuentes tenía aterrorizadas a las familias ricas de la ciudad ya que para cometer sus fechorías se vestían de militares, llegaban a las casas de personas acaudaladas y les mostraban órdenes de cateo, de esta manera se introducían en los hogares los cuales saqueaban y se daban a la fuga en un automóvil gris.

La historia, hecha película, fue escrita, producida y dirigida por el cineasta Enrique Rosas quien incorporó a la película imágenes reales, por él filmadas, del fusilamiento de los integrantes del grupo delictivo.