Del Puño y Letra de Alejandro Galindo

-“La Quina” y el gobierno desaparecieron su última película

-“Lázaro Cárdenas”, su filme, afectaba al sindicato petrolero

Los últimos días de vida del cineasta Alejandro Galindo fueron de tristeza por no haber logrado la exhibición pública de su última película, “Lázaro Cárdenas”, una versión que hizo de la vida del general y los hechos que sacudieron a México con la expropiación petrolera. El filme, misteriosamente desapareció de una oficina de gobierno y una versión apunta a que el entonces poderoso líder petrolero, Joaquín Hernández Galicia, “La Quina”, se apoderó del material porque tocaba temas sensibles de su gremio.

Galindo, uno de los más grandes realizadores del cine mexicano del siglo XX, murió en 1999 convencido de que el gobierno priista de ese entonces, en complicidad con el dirigente petrolero, ocultaron la película la cual sólo fue vista por unas cuantas personas de la producción antes de que de la desaparecieran.  

Alejandro Galindo estudiaba odontología en la Universidad Nacional Autónoma de México cuando conoció al productor de películas Germán Camus, quien fue la persona que lo adentró en el mundo del cine, y le gustó tanto que, sin apoyo de nadie y sin contar con suficientes recursos económicos, decidió abandonar la carrera de dentista para aventurarse a ir a Hollywood.

En la meca del cine mundial, trabajó como ayudante de intendencia pero, hablar perfectamente el idioma inglés, le ayudó para conseguir un empleo como intérprete traductor en las compañías MGM y en la Columbia Pictures, dos de las productoras de películas más importantes del mundo.

Estar en los sets cinematográficos y entrar en contacto con los artistas acrecentaron su interés por el cine por lo que ingresó al Hollywood Institute of Scriptwriting and Photoplay en donde estudió la carrera de guionista.

Con un amplio bagaje de conocimientos, Galindo regresó a México en 1930 obligado por la gran depresión económica que se vivía en Estados Unidos. Ya instalado en México comenzó a trabajar como guionista de radio y para cine escribió el guión de la película “La isla maldita” (1934,) que a la postre fue el primer filme mexicano hecho a colores.

En 1935 debutó como director con el cortometraje documental “Teotihuacán, tierra de emperadores” y, dos años después, en 1937, Alejandro Galindo inició con el largometraje “Almas rebeldes”, lo que sería una de las más brillantes y prolíficas carreras cinematográficas que la historia del cine nacional registra.

A partir de ese momento no paró de trabajar convirtiéndose en uno de los pilares de la época de oro del cine mexicano. Hombre carismático, de gran simpatía y de trato amable, Don Alex Galindo logró trascender los umbrales de la historia del séptimo arte nacional porque en sus películas logró plasmar el cambio del México rural al urbano, y retratar en sus historias la evolución de las familias mexicanas de las décadas de los años 40 y 50 con personajes con los que la gente se identificaba fácilmente.

A este gran cineasta, de impresionante filmografía, se deben memorables películas como “Mientras México duerme” (1938), “Ni sangre ni arena” (1941), “Campeón sin corona” (1945), “Una familia de tantas” (1948), “Doña Perfecta” (1950), (1953), “Las infieles” (1953), “Esposa te doy” (1957), “La edad de la tentación” (1959), “Mañana serán hombres” (1961), “Corona de lágrimas” (1968) y “Cruz de amor” (1984), entre otros importantes títulos.

Hoy en este espacio recordamos a este genial cineasta quien fue gran amigo de los socios de PECIME y lo hacemos con el texto que escribió para la agrupación: