Del Puño y Letra de Miguel M. Delgado

-Fue artífice del éxito cinematográfico de «Cantinflas»

-Se convirtió en su amigo y en su director de cabecera

Miguel M. Delgado Pardavé fue artífice del éxito cinematográfico de “Cantinflas”, al que dirigió en 33 de sus películas más taquilleras. No sólo le escribía historias para que el personaje luciera sino que, además, era quizá la única persona que tenía la cualidad de entender el complicado lenguaje del mimo, porque también le creaba algunos de los diálogos “cantinflescos” con los que el actor de la gabardina arrancaba las carcajadas del público.

Hay versiones que aseguran que Miguel M. Delgado en algunas charlas hablaba como “Cantinflas”, de quien no sólo se convirtió en su director de cabecera sino que se hizo su gran amigo.

Miguel Melitón Delgado Pardavé era primo del actor Joaquín Pardavé y de la actriz María Tereza Montoya. A los 24 años de edad, se aventuró a ir a Los Angeles, California, en donde dos conocidas suyas, Josefina y Lupe Vélez lo presentaron con el astro hollywoodense Gary Copper quien lo contrató como su secretario y asistente personal. Cooper, quien era artista exclusivo de la compañía Paramount Pictures, le consiguió trabajo como asistente de dirección de Henry Hathaway, así fue como se involucró en la industria del cine.

Durante su estancia en Hollywood, conoció por esos rumbos a Emilio “El indio” Fernández, a Tito Davison y a Gilberto Martínez Solares quienes por aquellos años (1928-1931), también buscaban una oportunidad de trabajo en Hollywood. Años más tarde, los tres, al igual que Miguel, se convirtieron en pilares de la cinematografía mexicana.

A su regreso a México, en 1931, Miguel M. Delgado continuó trabajando como asistente de dirección de prestigiados directores como Miguel Contreras Torres, Juan Bustillo Oro, Alejandro Galindo, Rafael J. Sevilla, Ramón Peón y Chano Urueta, entre otros.

En 1937, Fernando de Fuentes, con quien más trabajó como asistente, se enfermó repentinamente cuando filmaba la película “La Zandunga”. Miguel M. Delgado tuvo que entrar al relevo y hacerse cargo de la dirección con tan buenos resultados que por su extraordinaria dirección le llovieron ofertas para dirigir más películas.

Fue entonces que sucedió algo sorprendente: No aceptó seguir como director por la sencilla razón de que como asistente ganaba más y no paraba de trabajar en todo el año ya que los grandes directores de películas se peleaban sus servicios.

Cuando Alejandro Galindo dirigía la película “Ni sangre ni arena”, Miguel M. Delgado, su asistente, conoció a Mario Moreno “Cantinflas”, con quien hizo química y de quien se hizo amigo rápidamente, razón por la que aceptó dirigirlo en una historia que él mismo escribió: “El gendarme desconocido”, uno de los grandes éxitos cinematográficos del mimo mexicano.

A partir de ese momento se convirtió en su director de cabecera y en su amigo. Era tanta la confianza que se tenían que “Cantinflas” le pedía a Miguel le escribiera historias para protagonizarlas. No sólo eso, Miguel M. Delgado era la única persona que se atrevía a complementar el complicado lenguaje de “Cantinflas”, el cual enriquecía aportándole ideas y frases “cantinflescas” que al actor el público le festejaba.

En su brillante trayectoria como director de más de 150 películas, 33 de ellas fueron protagonizadas por “Cantinflas”, para el que escribió historias de gran éxito taquillero como: “El Circo” (1943), “Gran hotel” (1944), “Soy un prófugo” (1946), “El bombero atómico” (1952) y “El analfabeto” (1961), entre otras.

Hoy en este espacio les compartimos las líneas que este brillante director, escritor y guionista del cine mexicano escribió a PECIME con cuyos socios mantuvo una gran relación de amistad: