Del Puño y Letra de Armando Silvestre

-Hizo posible que Sasha Montenegro regresara a la farándula

-Una grave cornada lo hizo abandonar su deseo de ser torero

Sólo Armando Silvestre, uno de los galanes de la época de oro del cine mexicano, hizo posible que Sasha Montenegro regresara a la farándula después de su boda con el expresidente José López Portillo. En el 2010, la actriz, que destacó en el cine de ficheras, accedió a dejar por un momento su retiro artístico para acudir a entregarle al actor, su gran amigo, la Diosa de Plata que PECIME le otorgó en reconocimiento a su brillante trayectoria en la industria cinematográfica de México y de Hollywood.

Fue en el año 2010, en el marco de la edición número 40 de la entrega de Diosas de Plata de PECIME al cine mexicano, cuando Sasha apareció en el escenario del teatro 2 del Centro Cultural Telmex, para referirse al actor con estas palabras: “Es un gusto y un placer venir esta noche a entregar este premio a mi querido amigo, Armando Silvestre, un gran actor, compañero y un hombre muy guapo”. Con esa ceremonia, PECIME cumplió, una vez más, con la noble tarea de reconocer a las figuras que han dado prestigio a la cinematografía mexicana. En el caso de Armando Silvestre más que justificada pues se trataba de un artista con una brillante trayectoria fílmica en México y en el extranjero.

Armando no pensaba ser actor, en su juventud cambió los libros por el capote y la espada pero una grave cornada lo hizo abandonar su deseo de ser torero. Entonces se aficionó por el automovilismo deportivo llegando a formar parte de la escudería de los hermanos Rodríguez, los famosos pilotos Pedro y Ricardo. Su interés por los deportes, lo llevó a practicar la equitación, el buceo, el golf y la regata de veleros, pero lo que más atrajo su atención fue el fisiculturismo, actividad en la que ganó varios premios importantes, entre ellos el certamen Mr. Universo, efectuado en la ciudad de Canadá, en 1959.

Su tía, la argumentista y escritora, María Carrascosa, fue quien le sugirió ser actor  por lo que Armando decidió prepararse nada menos que con el prestigiado maestro, Seki Sano, formador de varias generaciones de actores y actrices que con el tiempo se convirtieron en figuras. Armando debutó en el cine mexicano en 1945 en una película de Miguel Morayta, pero fue la directora, Matilde Landeta, quien le dio su primer papel estelar en la película “Lola Casanova” (1947), al lado de la rumbera Meche Barba con quien el actor se relacionó sentimentalmente. Un año después, en 1948, trabajó en el filme “Rincón brujo”, en donde también se involucró sentimentalmente con la protagonista, Gloria Marín, a pesar de que ésta seguía en una relación con el “Charro Cantor”, Jorge Negrete.

En México, Armando participó en películas de gran éxito como “Ahí viene Martín Corona”, con Pedro Infante y Sarita Montiel; “Llévame en tu brazos”, con Ninón Sevilla y Andrea Palma; “La red”, en la que trabajó al lado de Rossana Podestá; “Medias de seda”, con Rosario Dúrcal y Joaquín Pardavé, “La mujer de dos caras”, con Elsa Aguirre, con quien también alternó en “La doncella de piedra” y la célebre “Impaciencia del corazón”, al lado de la estrella Christian Martell.

En el cine de Hollywood, realizó una importante labor al participar en producciones que lo proyectaron internacionalmente, como fueron las películas ”King of the sun”, en donde trabajó con Yul Brynner; “The Scalphunters”, con Burt Lancaster; “Two mules for de sister Sara”, al lado de Clint Eastwood y Shirley MaClaine, y “The children of Sánchez”, con Anthony Quinn y Dolores del Río. En la televisión norteamericana también participó en populares series como fueron “La mujer Maravilla”, al lado de Lynda Carter, “La mujer policía”, con Angie Dickinson y, “Mannix”, con el actor Mike Connors, entre otras.

Por su gran complexión física (hacia mucho ejercicio, alentado por su hermano Eduardo), Armando recibió la propuesta de participar en la cinta de luchadores “La sombra vengadora”, y ante la buena respuesta del público, los productores vieron en él la figura idónea para realizar películas de acción logrando grandes éxitos taquilleros en este género al alternar con famosos luchadores como “Santo”, “Blue Demon y “Neutrón”, entre otros.

A pesar de su gran trayectoria, en la década de los años 80, en plena crisis del cine mexicano, Armando se involucró en películas de ficheras entre ellas en “Las cabareteras” y “Entre ficheras anda el diablo”, entre otras. Sencillo, de trato amable, Armando Silvestre siempre fue cordial y amistoso con los socios de PECIME, agrupación a la que dedicó el texto que ahora les compartimos: