Del Puño y Letra de Adriana Roel

Su verdadero nombre, Rosa María Gordeas Spoiler, no le ayudaba

Adoptó el de Adriana Roel a sugerencia de la mamá de César Costa

A la actriz Adriana Roel, llamarse Rosa María Gordeas Spoiler, no le ayudaba para darse a conocer en el medio artístico por lo que, a sugerencia de la mamá de César Costa, Josefina Roel, quien pensaba ponerle Adriana a una hija cuando la tuviera, adoptó no sólo el nombre sino también el apellido.   

Rubia, de hermosos ojos azules y además con presencia y talento, Adriana Roel era una de las discípulas más sobresalientes del reconocido maestro de actuación, Seki Sano, prestigiado director de teatro formador de varias generaciones de actores y actrices, varios de los cuales, con sus métodos y enseñanzas, se convirtieron en figuras de los escenarios.

Rosa María Gordeas Spoiler era un nombre difícil de pronunciar, porque además de largo a la gente le costaba trabajo memorizarlo, por lo que el director de teatro, Fernando Wagner, le sugirió cambiarlo y la amenazó con no darle trabajo en sus obras si no lo hacía. Entonces la joven actriz, que recién iniciaba su carrera, se dio a la tarea de buscar uno que respondiera a su nueva realidad artística.

Por su mente pasaron diversos nombres y apellidos, pero la mamá del actor y cantante, César Costa, Josefina Roel, a quien conocía desde tiempo atrás, le sugirió el de Adriana, que la señora tenía pensado ponerle a una hija cuando la tuviera. A Rosa María le encantó no sólo el nombre sino también el apellido, por lo que sin dudarlo adoptó el de Adriana Roel, con el que ha hecho historia en el cine, el teatro y la televisión de nuestro país desde 1957, año en que inició su carrera.

Impulsada por su maestro, el director de teatro de origen japonés radicado en México, Seki Sano, Adriana fue incluida en la puesta en escena «Los frutos caídos», alternando con quien en ese momento daba muestras de que se convertiría en una gran dama de los escenarios y en una figura de la época de oro del cine mexicano: María Douglas.

Sus sobresalientes actuaciones en ésta y otras puestas en escena, atrajo la atención de los productores de películas que vieron en la atractiva y talentosa actriz la figura juvenil que estaban buscando. Fue así como en 1959 hizo su debut en el cine mexicano en la cinta «Mi esposa me comprende», realizando un discreto papel de estudiante universitaria pero al lado de primeras las estrellas de la época: Marga López, Arturo de Córdova, Martha Mijares, Armando Calvo y Lucy Gallardo.

A este primer contacto con el cine, le siguieron historias de todo tipo que le permitieron consolidarse en el gusto del público, como fueron los casos de: «Gutierritos» (1959), «Los jóvenes» (1961), «Cri Cri, el Grillito Cantor» (1963), «El derecho de nacer» (1966), «El silencioso» (1967), «Seis días para morir» (1967), «El caudillo» (1968), «24 horas de vida» (1968), «Rubí» (1970) y «No quiero dormir sola» (2013), ésta última de sus más recientes trabajos en el cine, por la que estuvo nominada a la Diosa de Plata en la categoría de Mejor Actriz.

En el teatro y en las telenovelas Adriana Roel se convirtió con el paso del tiempo en una figura indiscutible, pues en estos dos escenarios y en el cine es en donde ha cosechado un sinnúmero de reconocimientos y de premios en más de 60 años de actividad artística.

Adriana Roel, una de las actrices más queridas del público, tuvo la gentileza de escribir, de su Puño y Letra, para los socios de PECIME, el texto que continuación les compartimos: