Acompañar a su papá a los sets de filmación, alentó a Yvette Gurza a hacer carrera en el cine

Yvette acompañaba desde niña a su papá, Miguel Gurza, a los estudios de cine Churubusco, en donde su padre, con su tío Humberto, tenían un zoológico con más de 100 especies que ponían al servicio de la industria del entretenimiento. Verlo trabajar como actor en los sets cinematográficos, o con sus animales en escenas de acción y vivir la experiencia de presenciar la filmación de películas, alentó en ella el interés por hacer carrera en el séptimo arte.

A menudo acudía al complejo a ayudar a su padre a darles de comer a los animales y a mantener limpio su hábitat. Desde pequeña se acostumbró a convivir con toda clase de mascotas.

En la película “Dos bribones tras la esmeralda perdida”, que Michael Douglas filmó en el estado de Veracruz, en 1983, su papá la ponía a ella y a sus hermanas menores a cuidar a los cocodrilos que tenían en un foso del castillo de San Juan de Ulúa, mismos que utilizaban en las escenas de acción.

“Si alguno se sale, te paras enfrente de él y con el palo lo haces que se regrese”, me decía mi papá, sin preguntarme a mí o a mis hermanas si sentíamos miedo, él estaba seguro de que cumpliríamos su orden de que ninguno de los casi 20 lagartos se escaparía”.

Yvette vivía en la calle de Atletas, enfrente de los Churubusco, pero el camión escolar no la dejaba en su casa sino a la entrada de los mencionados estudios, en donde se reunía a comer con su papá, en el restaurante del complejo fílmico y a donde acudían a alimentarse técnicos, trabajadores, funcionarios y productores de cine y los artistas que en ese momento se encontraban filmando en los distintos foros.

En la zona selvática de los estudios, en donde vivían las mascotas de su papá, Yvette solía jugar en una casa que no era de muñecas sino una construcción sobre las ramas de un árbol que había servido para filmar la serie de “Tarzán”. Y también tenía una canoa en la que recorría el pequeño río que en ese entonces había en esa área de los Churubusco.

Yvette con su tío Humberto Gurza, a quien consideró como su segundo papá

En ese ambiente creció la pequeña Yvette y ya en su adolescencia, sin imaginárselo, sus frecuentes visitas a los Churubusco y a los sets de filmación, despertaron en ella el deseo de involucrarse en la industria y hacer una carrera en el cine independientemente a la labor de su padre.

En 1989 consiguió trabajo en la productora del estado Conacine, en donde se encargaba de sacar copias y llevar papeles de una oficina a otra, y a pesar de lo modesto del empleo Yvette lo veía como la posibilidad de ir escalando peldaños.

Su primera gran oportunidad llegó en 1990 cuando por su perfecto dominio del idioma inglés logró su primer trabajo importante, en la producción norteamericana de la película “The Talking of Beverly Hills”, para la que se hizo una espectacular recreación, en la zona de la colonia Cabeza de Juárez, en el oriente de la ciudad, de la exclusiva calle de Rodeo Drive, de Los Angeles, California”.

Después se unió al equipo de trabajo de Claudia Becker, la prestigiada y legendaria directora de casting de un gran número de películas, mexicanas e internacionales, con lo que cada vez que un productor extranjero venía a filmar a México, requerían de sus servicios.

En la industria cinematográfica, Yvette se ha desempeñado como asistente de director en las producciones extranjeras «Titanic”, “La mexicana”, “Antes que caiga la noche”, “Bajo la misma luna”, “El Che”, parte 1 y 2, y como productora en los filmes mexicanos “Canela”, “Santitos”, Niebla de “culpa” y “2033”, sin embargo, reconoce que realizar estas actividades no ha sido fácil por la discriminación que existe hacia la mujer.

El director de «Niebla de Culpa», Francisco Chisco Laresgoiti, con Yvette Gurza (productora)

“Hasta antes del año 2000, en los sindicatos de cine mexicanos prevalecía la idea de que determinadas áreas de trabajo eran exclusivas para los hombres, y así lo establecían en sus estatutos y reglamentos. A mi hermana Giselle -asistente de dirección en el cine norteamericano- y a mí, nos tocó romper con esta vieja regla y ser de las primeras mujeres en ser aceptadas para ejercer profesionalmente en la rama de dirección de un sindicato”.

Yvette Gurza

Yvette, al igual que la mayor parte de la comunidad cinematográfica se mantiene en confinamiento por la pandemia del Covid 19; este tiempo lo ha aprovechado para continuar preparando el documental sobre la trayectoria de su papá, Miguel, y de su tío, Humberto Gurza, quienes por varias décadas entrenaron animales, entre felinos, aves, reptiles y chimpancés, para ponerlos al servicio de la industria cinematográfica, la televisión y el entretenimiento.

“Ya tengo mucho material y he seguido filmando a mi papá contando él mismo su historia en el cine. Mi padre es una leyenda”, comentó Yvette al recordar lo que su progenitor y su tío, Humberto, han hecho por la industria cinematográfica nacional e internacional.

TEXTO: PECIME