Del Puño y Letra de Stella Inda

Con ropa prestada de una prostituta consiguió su primer papel estelar

Compitió con actrices de renombre como María Félix y Dolores del Río

Vestida con ropa que una prostituta le prestó, la joven actriz María Soledad García Corona, acudió al casting que el artista plástico Adolf Best Maugard (1937) realizaba para escoger a la protagonista de su película “La mancha de sangre”. Después de verla bailar, no dudó en elegirla y en cambiarle el nombre por el de Stella Inda, con el que fue conocida artísticamente y con el que brilló intensamente en la época de oro del cine mexicano.

A esta participación estelar le siguió otra sobresaliente actuación en “La noche de los mayas” (1939), en la que volvió a demostrar gran capacidad histriónica, ahora al lado de Arturo de Córdova y de Isabela Corona, la compañera con la que habitualmente trabajaba en el teatro.

A pesar de que las dos películas en las que fue protagonista alcanzaron un notable éxito, sus siguientes incursiones en el cine ya no fueron en plan estelar,  aunque si en historias en donde quedó demostrado su talento, entre ellas “La torre de los suplicios” (1941), “La feria de las flores” (1943), en la que debutó oficialmente Pedro Infante, “Santa” (1943), “La fuga” (1944), compartiendo créditos con Esther Fernández y Ricardo Montalbán, “Amok” (1944) con María Félix, “Bugambilia” (1945), dirigida por Emilio “Indio” Fernández y “Bodas trágicas” (1946), en la que debutó Miroslava.

En 1947 incursionó en el cine de Hollywood al lado del astro Tyrone Power, en la película “Captain from Castile”, haciendo el papel de “La malinche”. Sin embargo, la oportunidad de su vida llegó en 1950, cuando el cineasta Luis Buñuel la eligió para interpretar uno de los personajes principales en su célebre película “Los olvidados”, filme de gran trascendencia social que ganó en el prestigiado festival de Cannes.

En 1945, conoció al escritor Xavier López Ferrer de quien se enamoró y poco tiempo después se casó con él. “El rebozo de soledad”, una novela de la autoría de su esposo, la propuso al director Roberto Gavaldón, quien después de leer la historia decidió filmarla en 1952, convirtiéndose en un gran éxito.

Por su facilidad para interpretar cualquier tipo de personajes y su gran capacidad histriónica, Stella Inda además de figura de la época de oro mexicana, fue equiparada en talento con otras estrellas de su época como María Félix y Dolores del Río.

Como muchos otros artistas del cine mexicano, Stella fue una gran amiga de los socios de PECIME, a quienes escribió el siguiente texto que ahora les compartimos: