Del Puño y Letra de María Félix, la estrella “devoradora” de hombres en el cine

María Félix, una de las divas del cine mexicano quien con su belleza cautivó a los más renombrados productores, directores y actores de cine de la época de oro y con sus actuaciones se forjó el perfil cinematográfico de “devoradora de hombres”, es otra de las luminarias con la que los socios de PECIME tuvieron una estrecha cercanía, pues no sólo fue su amiga sino que en 1989, para reconocer su brillante trayectoria internacional, le otorgaron una Diosa de Plata Especial que ella pidió se le entregara en su casa de Polanco.

Ese lazo de amistad perduró a lo largo de toda su carrera, durante la cual los socios de PECIME siempre estuvieron pendientes de sus logros artísticos en México y en el extranjero para consignarlos en sus medios de comunicación. A pesar de su recio carácter, María fue una actriz amable con los miembros de la asociación a quienes en una reunión, el 18 de enero de 1963, les dedicó el siguiente texto: “Aquí estoy en PECIME con mis amigos”. Que María Félix considerara amigos a los integrantes de PECIME fue una deferencia que los socios valoraron, pues la actriz desde que el director Fernando Palacios la descubrió para el cine, mostró ser una mujer altiva y soberbia, que no hacía amistad con cualquier persona.

Sin proponérselo, esa forma de ser en la vida real fue la clave de su éxito en el cine, en el que encarnó infinidad de veces personajes de mujer fatal, devoradora de hombres. En su debut cinematográfico, en la película “El Peñón de las ánimas”, en 1942, el director  Miguel Zacarías sufrió lo indeseable para poder filmar la cinta por los constantes pleitos entre María y Jorge Negrete. Negrete quería de protagonista de la historia a su novia Gloria Marín y al no conseguirlo todos los días reñía con María, quien buscaba hacerle la vida imposible. Como ironía de la vida, años después estos dos artistas que se llegaron a odiar, se casaron y vivieron unidos hasta la muerte del “charro cantor”.

También estuvo casada con el músico poeta Agustín Lara, quien como regalo de bodas le compuso la canción “María Bonita”. “El Flaco de Oro”, como se le conoció al famoso compositor, también la ayudó a recuperar a su único hijo, Enrique Alvarez Félix, fruto de su unión con el vendedor de cosméticos, Enrique Alvarez Alatorrre, con quien se casó a los 17 años y se divorció de él 7 años después. En venganza, su ex esposo vino a la ciudad de México, a donde María trabajaba como recepcionista en el consultorio de un cirujano plástico y se llevó al pequeño Quique negándose a devolvérselo. Fue entonces que la bella joven profetizó las siguientes palabras: “Algún día seré más influyente que tú y te lo quitaré”. Y en efecto, ayudada por su influyente esposo, Agustín Lara, logró recuperar a su pequeño hijo Enrique.

María Félix hizo carrera en toda Latinoamérica, en España, Francia, Italia y, por supuesto en México, en donde es considerada una de las máximas figuras de la cinematografía nacional. De la mano de Emilio “El Indio” Fernández, hizo tres películas que la consagraron a nivel internacional: “Enamorada” (1946), con Pedro Armendáriz, “Río Escondido” (1947) con Carlos López Moctezuma y “Maclovia” (1948), nuevamente con Pedro Armendáriz. Con las películas “La mujer sin alma” (1943), “Doña Bárbara” (1943), “La mujer de todos” (1946), “¡Qué Dios me perdone!” (1947) y “Doña diabla” (1949), empezó a forjarse la imagen de “destructora de hogares y enemiga número 1 de la moral familiar”.

María, quien en 1956 contrajo matrimonio con el empresario y banquero francés de origen rumano Alexander Berger y en 1981 con el pintor de origen ruso Antoine Tzapoff, que fue su compañero de vida hasta el final de sus días, confesó en un momento de su carrera: “Con esas historias empezó a crearse mi leyenda sin que yo moviera un dedo. La imaginación del público hizo todo por mí”. Hoy compartimos el texto que “La Doña”, como se le conoció, escribió para PECIME, agrupación que a lo largo de su historia ha acompañado a las grandes figuras de la cinematografía nacional.

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