Del puño y letra de Ana Bertha Lepe

Ana Bertha Lepe fue una de las mujeres más hermosas del planeta. Su belleza la llevó a ocupar el cuarto lugar del concurso Miss Universo en 1953, el año en que ganó ese certamen la representante de Francia, Christiane Martel. Su participación en dicho evento impulsó su incipiente carrera artística, que un año antes (1952) había iniciado con una discreta participación en la película ”La justicia del lobo”, al lado de Flor Silvestre, Dagoberto Rodríguez, José María Linares y Rosa de Castilla.

Ana Bertha fue una actriz versátil que lo mismo se desempeñó en historias dramáticas, de contenido social, cine de acción y de comedia. En este último género, en 1960 su personaje de Gamma, en la cinta cómica de ciencia ficción “La nave de los monstruos”, con Eulalio González “El piporro” y Lorena Velázquez le dio cierta notoriedad, pero fueron sus actuaciones en “Lo que le pasó a Sansón”, “Tin Tan el hombre mono” y “El vizconde de Montecristo”, al lado del famoso pachuco, las que la colocaron en el gusto del público.

En el cine de luchadores trabajó en “Santo contra el cerebro diabólico”, “Santo en el hotel de la muerte” y “Santo contra el rey del crimen”, entre otras películas de acción que le valieron popularidad, pero sus actuaciones en historias que abordaban pasajes  de la vida real fueron las que más la identificaron con el público.

Con Christiane Martel, quien le ganó en el certamen Miss Universo, compartió créditos en “Señoritas”, una historia romántica de adolescentes que se convirtió en un gran éxito de la época. “Las amiguitas de los ricos”, “No juzgarás a tus padres”, “Jóvenes y rebeldes”, “A dónde van nuestros hijos” y “¡Paso a la juventud!” fueron otras de las películas que protagonizó y que se convirtieron en sonados éxitos.

Pero no todo fue dulzura en la carrera de esta escultural artista ya que en 1960 su novio, el actor Agustín de Anda, hijo del empresario, productor, actor y director de cine, Raúl de Anda, fue asesinado por su padre, el militar Guillermo Lepe, tras una fuerte discusión entre ambos en el famoso cabaret “La fuente”, de la Avenida de Los Insurgentes, en donde Ana Bertha realizaba una temporada de presentaciones.

Este suceso marcó la vida y carrera de la actriz y selló su destino. Con su padre en la cárcel, el amor de su vida (Agustín) muerto y un veto decretado por los productores de películas, en solidaridad con Raúl de Anda, Ana Bertha cayó en una profunda depresión que la hizo caer en el alcoholismo y algunas versiones señalan que incluso en esa etapa trató de quitarse la vida.

Ana Bertha Lepe ya no volvió a ser la misma, de aquella joven hermosa y de escultural figura que fue elegida Miss México y cuarto lugar en el certamen Miss Universo, ahora existía una artista obesa, descuidada y con un fuerte problema de alcoholismo.

La televisión la logró rescatar dándole en 1977 un papel en la telenovela “Pacto de amor”. Al cine regresó para participar ocasionalmente en algunas películas como “El patrullero 777”, al lado de “Cantinflas”, pero su vida y su carrera ya no fue la misma. Su última intervención en televisión fue en el año 2001 en la miniserie “Navidad sin fin”.

Sola, aislada y refugiada en su casa del municipio de Texcoco, Estado de México, murió a la edad de 79 años. Hoy la recordamos con una línea que en un momento de su carrera artística dedicó a PECIME:

 

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